Desde hace varios meses, los medios editoriales contemplan la batalla entre las Big Tech por liderar el mercado incipiente de la inteligencia artificial (IA) generativa. En especial, la llevada a cabo entre OpenAI – apoyada por Microsoft y creadora de la popular aplicación ChatGPT-, y Google, principal compañía publicitaria a nivel digital y propietaria del buscador con mayor volumen de usuarios, Chrome – esta última, además, con el reto añadido de transitar hacia un ecosistema cookieless-.
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