La Ley General de la Comunicación Audiovisual establece un máximo de 12 minutos por hora para la inserción de anuncios convencionales, tope del que quedan excluidos los patrocinios, el emplazamiento de productos en los programas y la telepromoción (mensajes comerciales anunciados en directo por los presentadores). Esta última modalidad publicitaria queda reducida a dos minutos por hora frente a los 12 que inicialmente contemplaba el texto. Por otro lado, las televisiones podrán seguir emitiendo cinco minutos de autopromoción a la hora.
Así mismo, la nueva norma prohíbe la emisión en abierto de contenidos pornográficos y violentos y restringe la publicidad de productos que promueven el culto al cuerpo.
También establece que los canales públicos, estatales o autonómicos tendrán que destinar un 6% de sus ingresos a la financiación del cine español (un 5% en el caso de las televisiones y operadores privados).
El pasado 22 de diciembre se retrasó la aprobación de la ley debido al plante de siete partidos políticos (PP, PNV, ERC, IU, ICV, BNG y Nafarroa-Bai) que tras presentar un escrito al presidente del Congreso, José Bono, no acudieron a la reunión de la Comisión Constitucional del Congreso.
En una comparecencia ante la prensa, los representantes de los citados partidos denunciaron que “el Grupo Socialista pretendía imponer un ritmo frenético de tramitación”, además de mantener que la Ley pretendía beneficiar a las televisiones privadas.
