El comportamiento de compra de los inmigrantes presenta ciertas diferencias respecto al de los españoles. En general, aprovechan más cada acto de compra, cargando más productos y visitando menos establecimientos. En su cesta incluyen 32 productos, dos más que el consumidor medio. Por eso, aunque pagan menos por cada producto (1,5 euros frente a los 1,6 del consumidor medio), el tique promedio por día de compra de los hogares extranjeros es superior. Los inmigrantes hacen la compra 79 días al año frente a los 83 días que dedican a la compra el total de hogares estudiados.
La reducción en el gasto total anual (8%) en los hogares extranjeros se produce sobre todo porque compran menos productos frescos perecederos, categoría a la que destinan 1.716 euros al año, 400 menos que en la media de hogares españoles. Mientras que estos productos suponen el 55,4% de las compras del total de hogares, estos son sólo un 49,5% para los extranjeros, en beneficio de la alimentación envasada y bebidas, que representan en 33,1% del presupuesto de los inmigrantes en productos de gran consumo.
El 66% de los inmigrantes entrevistados disfruta haciendo la compra. Sin embargo, un 49% declara que prefiere dedicar a este quehacer el menor tiempo posible. Así mismo, el 46% está dispuesto a probar nuevos productos, porcentaje que desciende hasta el 33% en el caso del total de residentes.
Los inmigrantes son también más impulsivos a la hora de comprar. Sólo el 43% se ciñe a una lista, frente al 49% del total de residentes. El 10% de los extranjeros residentes en nuestro país confiesa que a menudo compra cosas sólo porque las ve en las estanterías de las tiendas. También son más permeables a la comunicación fuera de las tiendas y el 14% compra muchas veces los productos de alimentación porque los ha visto anunciados (frente al 13% del total).
Por otro lado, los inmigrantes tienen una menor predisposición a la búsqueda de elementos saludables en su dieta que el resto de españoles. Aunque al 72% le gusta seguir una dieta sana, y el 68% busca productos sanos, esta preferencia es superior entre el total de la población. Esto se explica por la edad media del colectivo inmigrante, mayoritariamente joven. La preocupación por la salud es más frecuente en el segmento senior de la población. Por lo tanto, productos como el pescado, el marisco, las legumbres secas o el pan fresco no abundan demasiado en las despensas de los inmigrantes.
El precio también tiene un mayor peso en las decisiones de compra del colectivo inmigrante. Así, el 24% de los hogares extranjeros opina que es el factor más decisivo a la hora de comprar (frente al 20% del hogar medio).
Esta sensibilidad al precio hace que las marcas de la distribución se posicionen con fuerza en las cestas de la compra de los inmigrantes, que destinan 635 euros a estas marca, frente a los 564 euros de la media en España, lo que supone un 32,4% del presupuesto de los hogares extranjeros, y el 29,5% del total de los hogares.
Los denominados canales dinámicos (hipermercados, supermercados y discounts) son su principal fuente de abastecimiento y captan el 73% de su gasto. Entre sus enseñas favoritas destacan los hard discounts y los hipermercados como Alcampo, Carrefour y Mercadona.