Así, en este tipo de hogares se adquiere menos frutas, menos verdura y menos pescado fresco (estos productos representan el 17% de sus compras frente al 21% de los hogares sin adolescentes) y su dieta incluye más carne, embutidos y pan.
El estudio, titulado Adolescentes, el último emperador, vaticina que si los adolescentes actuales mantienen los mismos patrones de consumo cuando sean adultos, la dieta mediterránea sufrirá un retroceso en nuestro país.
Los adolescentes son unos importantes prescriptores a la hora de escoger el menú. Los tres factores que más influyen en sus elecciones son la comodidad, el placer y la salud. Los adolescentes también tienen un patrón de consumo propio: comen más veces a lo largo del día y dan más importancia a la merienda y al hecho de coger alimentos de casa para consumirlos fuera.
Entre sus productos favoritos se encuentran las pizzas, las patatas congeladas, los fritos, los fiambres y los embutidos. En el terreno de las bebidas se decantan por los refrescos de cola, los carbonatados con sabores y los elaborados a base de cacao. Como postre escogen aquellos que sean dulces y fáciles de tomar, como el arroz con leche, los preparados con nata montada y los yogures de fruta. En el caso de escoger fruta, optan por las fáciles de pelar, como los plátanos y las mandarinas.
