1. Diseñe y siga rigurosamente un proceso formal de innovación: es imprescindible para crear la cultura y mecanismos de control necesarios para tener éxito de manera eficiente
2. Todas las innovaciones no son iguales, use la metodología, benchmarks y estímulos adecuados según el caso. Los tres tipos básicos de innovación son:
a) Innovación de producto: extensión, contiguo o radical
b) Innovación de marketing: comunicación, packaging, promoción, etc.
c) Innovación del proceso: distribución, fabricación, etc.
3. Reconozca más fácilmente un producto estrella: teste más ideas y menos conceptos para poder reconocerlo antes
4. Focalícese en relevancia, precio relativo y diferenciación (RED)
a) Relevancia: el grado de encaje con las necesidades (funcionales y emocionales del consumidor)
b) Precio relativo a la competencia relevante
c) Diferenciación: grado de beneficios únicos vs. los competidores
5. No se fíe de la intención de compra: es muy sensible a la inclusión de packaging, precio y calidad del concepto, las medidas RED son mucho más predictivas
6. Centre su actividad de innovación en mercados en desarrollo y expansión donde su producto podrá brillar: el espacio ideal es un mercado con una marca dominante y poco fragmentado
7. Entienda y utilice su ventaja competitiva. Existen tres posibles:
a) Fortaleza en una necesidad relevante y sin debilidades significativas
b) Ser bien percibido en varias necesidades
c) Ser dueño de una necesidad relevante
8. Compare su producto con los mejores con los que va a competir: no utilice sólo comparativas contra una base de datos, ya que suele incluir productos que nunca se lanzaron y/o que fracasaron
9. Desarrolle su publicidad en base a los tests de concepto y no espere a tener la pieza final para testar
10. Estime su potencial de mercado durante el proceso de innovación, ¡no solo antes de lanzar!
Busque, compare y si encuentra mejores consejos, ¡cómprelos!