El culto por el cuerpo, una vida sana o una dieta equilibrada son parámetros que no escapan a los ojos del consumidor ni a los del empresario. La preferencia del público por todo lo que gira en torno al universo light y diet se está convirtiendo en un objetivo prioritario a la hora de diferenciar e incluso crear un negocio. Muchas compañías están dando a sus productos nuevos aires acordes con la demanda del mercado, volviendo a rediseñar sus productos, filosofías y planteando alternativas para potenciar este nicho de mercado que crece considerablemente. Ni los grandes grupos, como es el caso de Coca-Cola o McDonald’s, consiguen escapar de este nuevo perfil de consumidor, que está más reticente que nunca a dejarse seducir por una grasienta hamburguesa con patatas fritas y un vaso de refresco.
Mucho me temo que a estas alturas las empresas, aunque tengan en cuenta el análisis DAFO dentro de sus estrategias, no se detengan demasiado ni se tomen muy en serio la importancia de esta herramienta. Por el contrario, la competitividad de algunas compañías, principalmente multinacionales, valoran esta técnica y ponen en marcha campañas para acercarse a este público y convertir una posible amenaza en oportunidad de negocio. Coca-Cola ha ideado un novedoso producto: un refresco que adelgaza, lo que podría suponer la apertura de un nuevo segmento de mercado mucho más próspero que el que ocupa las bebidas dietéticas o bajas en calorías.
El grupo estadounidense McDonald’s, a su vez, ha lanzado en todo el mundo un proyecto de etiquetado nutricional en los envases de sus productos para eliminar su imagen de vendedor de comida basura. ¿Pensáis que es suficiente este lifting o estáis conmigo en que las estrategias deben ser más profundas y no quedarse en un simple lavado de cara?
(*) Rafael Muñiz es director general de RMG (www.rmg.es), empresa especializada en
marketing y ventas inteligentes, y profesor de Marketing del Centro de Estudios Financieros.