Lego persigue desembarazarse del plástico virgen en la fabricación de sus icónicos ladrillos y ha encontrado en la resina renovable la materia prima clave para alcanzar tal objetivo, aunque ello suponga asumir un mayor coste en su producción.
Según ha informado Reuters, después de haber probado más de 600 tipos de materiales que den lugar al componente idóneo para fabricar sus ladrillos sostenibles, la marca de juguetes está dispuesta a pagar hasta un 70% más por resina renovable certificada.
Desde la compañía son conscientes del mayor coste que esto supondrá, pero tal y como ha asegurado Niels Christiansen, CEO de Lego, al ser una empresa familiar comprometida con la sostenibilidad, “es un privilegio que podamos pagar un extra por materias primas sin tener que cargar ese extra a los consumidores”.
La resina renovable adquirida está certificada según el método de balance de masa, una forma auditada de trazar los materiales sostenibles a través de la cadena de suministro. En el primer semestre de 2024, el 30% de toda la resina comprada fue certificada bajo este principio, lo que se traduce en una media del 22% de material procedente de fuentes renovables y recicladas.
Se trata, recuerdan desde la firma, de un aumento significativo con respecto a 2023, cuando, para todo el año, el 18% era balance de masa certificado, el equivalente al 12% de fuentes sostenibles. Para 2026, persiguen que más de la mitad de la resina que necesitan esté certificada según el método de balance de masa, y que sea el 100% para 2032.
La firma danesa también ha lanzado un nuevo programa de sostenibilidad de proveedores, que obliga a las compañías con las que trabaja a que fijen objetivos de reducción de emisiones para 2026 y otros tantos más para 2028, además de contar con un KPI anual de reducción de emisiones de carbono vinculado a las primas de los empleados.