Lecciones de comunicación del fracaso de BBVA en la OPA a Banco Sabadell

Ignorar el contexto político y social de Cataluña, lanzar campañas de publicidad centradas en la rentabilidad o ser poco coherente entre lo que se dice y lo que se hace explicarían por qué la entidad financiera no ha sabido atraer a los accionistas de Banco Sabadell.

Imagen de la última campaña lanzada por BBVA con motivo de la OPA a Banco Sabadell

BBVA ha dado por concluidos sus intentos por adquirir Banco Sabadell después de no haber logrado el apoyo suficiente por parte de los accionistas de la segunda a la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada en mayo de 2024 – un 25,33% del capital de Sabadell frente al 30% mínimo marcado y lejos del 50% para ser considerada exitosa-. 

Las razones de este fracaso podrían no deberse tanto al escaso atractivo del canje propuesto, sino a no haber tenido en cuenta en la ecuación el contexto político y social en el que se ha producido la OPA. Según explica Jacobo Ramos, experto en asuntos públicos y responsable del área en Newsline, “para alcanzar objetivos financieros, ya no se pueden ignorar los condicionantes políticos y sociales que influyen en las decisiones económicas. En el entorno actual, pretender separar las finanzas de la realidad política y social conduce casi inevitablemente al fracaso”. 

Entre los errores cometidos, Ramos apunta en primer lugar al momento en el que BBVA decidió anunciar su OPA a Sabadell: el 9 de mayo de 2024, cuatro días antes de las elecciones catalanas, lo que hizo, señala Ramos, que se activaran todas las resistencias institucionales y emocionales. 

“En plena campaña, todos los partidos catalanes, de cualquier signo, se posicionaron en contra de la operación, mientras que el Gobierno central evitaba respaldarla. El resultado fue que la OPA se percibió como una maniobra ajena al clima político, convirtiendo una operación financiera en un símbolo de tensión territorial”, expone. En el caso del Ejecutivo se evolucionó, además, a una relación hostil, como demostró las condiciones impuestas por el primero en caso de que la OPA siguiera adelante. 

Comunicación impersonal

Tampoco ha pasado desapercibida la campaña de comunicación de BBVA, activada poco tiempo después de que anunciara su intención de adquirir Banco Sabadell. Para Ramos, la entidad mezclaba mensajes financieros sobre sinergias y rentabilidad con campañas impersonales, que no mostraban propósito ni cercanía: “No hubo una voz clara ni coherente: mientras la dirección hablaba de creación de valor, evitaba responder a las inquietudes sobre la identidad de Sabadell o el futuro de su plantilla”. 

La comunicación fue, a juicio de Ramos, errática y distante. “BBVA alternó mensajes de firmeza y seguridad con rectificaciones que minaron su credibilidad”. Pone como ejemplo que su presidente, Carlos Torres, llegara a afirmar que no era fácil mejorar el precio porque la oferta ya era muy buena para, después, elevarla un 10%; o que aceptara públicamente las condiciones impuestas por el Gobierno pero recurriera las mismas en los tribunales.