La restauración comienza a subirse al tren “verde” debido a la presión de unos clientes cada día más preocupados por la nutrición y el impacto medioambiental que supone comer fuera de casa.
Según un estudio realizado por la consultora de marcas Interbrand, a los restauradores no les va a quedar mñas remedios que ofrecer una imagen de sostenibilidad y respeto por el medioambiente si quieren seguir en la cresta de la ola de su industria.
Además del crecimiento del segmento fast casual, que ofrece comida rápida y saludable, la opción más pujante, sobre todo en Estados Unidos, es la de la comida para llevar, modalidad que está quitando una importante cuota de mercado a las tradicionales cadenas de comida rápida.
Para atajar esta merma de negocio, las grandes marcas de comida rápida han empezado a redefinir sus estrategias. Así, Pizza Hut, para compensar el descenso en las ventas de pizzas a domicilio, ahora incluye pasta en su carta. Incluso sus directivos están considerando cambiar en nombre de la marca, que pasaría a denominarse Pasta Hut. En el Reino Unido ya conviven las dos marcas.
Así mismo, McDonald’s, además de obtener su certificación Applus+, se prepara para extender su marca e introducir bajo la misma café premium a precio económico. Esta iniciativa surge a raíz de la crisis económica y ante las predicciones que señalan una subida en el precio del café para este año.
Esta decisión podría afectar a la cadena Starbucks, que ya ha decidido introducir sándwiches en su menú de desayunos. Sin embargo, según Interbrands, esta iniciativa podría poner en riesgo la marca Starbucks, ya que supone alejarse demasiado de su concepto original de negocio. De hecho, la cadena ha visto descender sus ventas y ha tenido que cerrar 600 establecimientos en Estados Unidos.
Por otro lado, tanto McDonald’s como Kentucky Fried Chiken han comenzado a trazar agresivas estrategias de expansión en mercados emergentes como China e India.
