El GRP o RP, como dirían algunos puristas, son las siglas de Gross Rating Point o Rating Point que no voy a empezar a definir aquí porque no es el objeto de este artículo. Pues bien, cuando muchos descubren lo importante que es y el nivel que da hablar con propiedad de GRP, su uso se amplifica y pasa a ser la medida de la eficacia en medios. Gran error, pero ¿cuántos grandes errores de la historia han superado en fama y conocimiento a grandes verdades?
El término suena bien, algo enigmático, lo que le confiere un carácter pseudo-científico muy interesante. Los profesionales de medios que en los años setenta y ochenta hablábamos principalmente de presupuestos, en los noventa hablábamos abiertamente de GRP y subimos por ello varios peldaños en la escala social del sector de la comunicación. “¿Cuántos GRP tiene mi campaña?” o “Lo siento, tu competencia me ofrece más GRP” son preguntas o comentarios que todos hemos escuchado y hemos intentado explicar, incluso corrigiendo de manera disimulada a aquel que se empeñaba en hablar de GPR. El desconocimiento lleva al atrevimiento y el uso al abuso, y éste al desgaste. Algo de esto hay.
PONER EN CONTEXTO. Desconocer de dónde salen los GRP o desconocer que están en función de la cobertura neta y de la frecuencia media de impactos, que tampoco me voy a poner a explicar ahora