En un sector tan competitivo como el de la automoción, la publicidad constituye una herramienta indispensable al servir como correa de transmisión entre las marcas y sus productos y el consumidor final. Sus objetivos son variados, pero cada uno de ellos tiene en sí mismo un altísimo valor estratégico.
Objetivos como persuadir a los potenciales consumidores, fidelizar a los propios usuarios, construir un espacio de valor para la marca o sencillamente dar a conocer un nuevo vehículo son perseguidos utilizando un sinfín de estrategias variadas y diferentes.
Pero antes de pasar a enumerar las estrategias más habituales dentro del sector, es conveniente repasar las diferentes etapas y los diferentes implicados a la hora de planificar el anuncio de un automóvil, que no son esencialmente diferentes a las de otras categorías.
Para una correcta planificación y ejecución de una campaña han de trabajar coordinadamente los tres estamentos implicados: