Si nos fijábamos en el porcentaje de lectores, datos EGM, la situación no era mucho mejor. Durante muchos años estuvimos en el entorno del 30%, una cifra muy baja comparada con la de Japón o las de los países nórdicos, pero también baja si la poníamos en relación con las de los países de nuestro entorno más próximo.
Hasta 1993 no se superó el 35%.
Yo siempre lo explicaba diciendo que a la prensa le quedaba mucho recorrido, porque faltaba por llegar la generación de la alfabetización completa, la que iba a tener mayor proporción de universitarios, en resumen, la que en algún momento se ha llamado la generación más preparada de la historia de España.
Sin prensa amarilla. Además en nuestro país no teníamos prensa amarilla propiamente dicha; nos faltaban los casi cuatro millones de ejemplares diarios del Bild Zeitung, o sea, los casi doce millones de lectores que un solo diario aportaba en Alemania. O los más de tres millones de ejemplares de The Sun (con sus casi ocho millones de lectores); o el millón seiscientos mil del Daily Mirror, que aporta una audiencia de casi cuatro millones. O el Daily Star, o el Daily Record