En palabras del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se quiere evitar que la capital se convierta “en un escaparate descontrolado, caótico y desordenado que afea el paisaje urbano”.
La ordenanza crea una Zona de Especial Protección para el casco histórico de la ciudad, donde se reducirá y limitará de forma importante la publicidad exterior. En esta zona, además de reducirse el tamaño de los elementos publicitarios colocados en edificios, quedarán prohibidos si utilizan elementos luminosos, como tubos de neón. La medida afectará a los luminosos de farmacias, cines, comercios, teatros y otros establecimientos.
Los vehículos y autobuses anuncio también tienen los días contados, excepto aquellos en los que la publicidad que muestran se corresponda con la actividad a la que se dedican o cuenten con autorización expresa. Además, las lonas publicitarias también tienen fecha de caducidad: seis meses. Hasta ahora eran seis meses prorrogables por otros seis.
En la actualidad, según explicó la concejala de Medio Ambiente, Paz González, existen unos 200.000 carteles luminosos en Madrid, de los que alrededor de 120.000 están en la Zona de Especial Protección. Fuera de esta zona sí podrá haber luminosos de neón, pero, al igual que sucede con el resto de carteles publicitarios luminosos, sólo podrán encenderse por la noche.