El estudio revela que el 68% de los consumidores afirma que la Generación Z tiene un impacto en sus decisiones de compra, lo que representa un aumento del 7% con respecto al año anterior. Además, se destaca un aumento significativo en el grupo de más de 59 años, conocido como la generación «boomer», con un incremento del 13%.
Pero ¿ cómo se plasma esa influencia de los zetas en los hábitos de consumo de las generaciones previas?
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- Reducción de las compras compulsivas. Los consumidores están sometiendo a las marcas a un escrutinio mucho mayor que en años anteriores. El 58% de los consultados investiga más antes de realizar una compra y el 58% afirma que realiza menos compras impulsivas en comparación con el año pasado. Además, el 64 % de los consumidores considera el impacto de una marca en la salud antes de adquirirla, el 55 % tiene en cuenta su impacto medioambiental y el 77 % valora el país de origen de la marca.
- El embudo de compra ha muerto… ¡nace el bucle continuo! El informe de Edelman también destaca un cambio en el tradicional embudo de compra. En lugar de seguir un proceso lineal, el nuevo viaje del consumidor se describe como un bucle continuo de atracción y compromiso. El 78% de los consumidores afirma que descubre elementos que generan lealtad a una marca después de la primera compra. Durante este ciclo, los consumidores evaluarán la competencia, la ética y la relevancia de una marca, determinando en última instancia si confían en ella antes de volver a comprar.
- Seguridad. El estudio revela un aumento significativo en la demanda de seguridad por parte de los consumidores. El 73% de los encuestados desea marcas que les brinden una mayor sensación de seguridad, en comparación con solo el 9% registrado en 2022. En contraste, solo el 27% de los consumidores busca marcas que fomentan la aventura y la búsqueda de emociones fuertes .