fundaciónSOL y la Policía Nacional presentan una campaña de concienciación sobre los riesgos de compartir imágenes, vídeos e información de menores en redes sociales por parte de sus propios progenitores o familiares.
La campaña pone el foco en las consecuencias de estas acciones, aparentemente inocentes, que pueden vulnerar gravemente la intimidad, seguridad y bienestar de niños, niñas y adolescentes. El término sharenting surge de la combinación en inglés de share (compartir) y parenting (paternidad). Hace referencia al uso habitual de las redes sociales para publicar imágenes, videos o información de los hijos por parte de sus padres.
Claudia Caso, directora de fundaciónSOL explicó: «Nos preocupa tanto lo que ven los menores en internet, como lo que internet ve de ellos. El sharenting no es un gesto inocente: es una puerta abierta a riesgos invisibles, pero reales». Proteger a los menores en el entorno digital preocupa cada vez a más adultos.
Sin embargo, las cifras sugieren que todavía queda mucho por recorrer en materia de concienciación sobre el sharenting. Según un informe llevado a cabo por EU Kids Online entre el otoño de 2017 y el verano de 2019, el 89 % de las familias publica contenidos de sus hijos al menos una vez al mes en redes sociales.
Una encuesta elaborada por la firma de seguridad informática AVG en 10 países, entre ellos España, recoge que el 23 % de los niños tiene presencia en línea incluso antes de nacer porque sus padres publican imágenes de las ecografías durante el embarazo. Este porcentaje se dispara rápidamente, hasta el punto de que el 81 % está en internet antes de cumplir los seis meses. La cifra sigue aumentando en los primeros años de la infancia.
Publicar una imagen de un menor en un entorno aparentemente inocente como un viaje en familia puede parecer inofensivo, pero, según el Comité de personas expertas para el desarrollo de un entorno digital seguro para la juventud y la infancia, el 72 % del material incautado a pedófilos está compuesto por imágenes cotidianas no sexualizadas de menores obtenidas de redes sociales.
A pesar de ello, este mismo comité de expertos señala que solo el 13 % de los progenitores limita los contenidos digitales a los que acceden sus hijos y un 42 % de los menores asegura sentir vergüenza por lo que sus padres publican sobre ellos en internet. Estos datos invitan a replantearse el papel que desempeñamos en la protección de la infancia en el entorno digital y a entender que el sharenting, aunque pueda parecer inocuo, conlleva una cantidad innumerable de riesgos para los menores.
“Compartir en la red imágenes de menores es una práctica que no está exenta de riesgos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la mera incomodidad que puede sentir el menor al verse expuesto, el ciberbullying, la creación de perfiles falsos en las redes o de memes que se comparten de manera masiva, o la manipulación de las imágenes a través de la IA para crear material de pornografía infantil […]», apunta Beatriz Izquierdo, asesora de proyectos de fundaciónSOL y especialista en criminología.
Por su parte, Abraham Bedmar, Oficial de Policía Nacional con más de 17 años de experiencia
en labores de seguridad ciudadana, investigación y prevención de delincuencia añade: “[…] el sharenting es una práctica muy extendida entre algunos padres y madres. Debemos ser cuidadosos con las fotos, vídeos o información personal que compartimos de nuestros hijos e hijas en Internet […]».
En España, compartir imágenes de hijos es legal mientras no se vulneren derechos fundamentales como la intimidad o la dignidad del menor. Sin embargo, que esté permitido no exime a los padres de responsabilidad. Tal como explica Francisco Pérez Bes, miembro del Consejo Asesor de fundaciónSOL: “Los padres tienen potestad sobre estas decisiones, pero deben actuar siempre en el interés superior del menor”.
Consejos
– Pensar antes de publicar, especialmente en vacaciones o fechas señaladas, momentos en los que se tiende a compartir más contenido en redes sociales.
– Evitar compartir imágenes con uniformes escolares o en un entorno que pueda revelar información privada del menor.
– Respetar la privacidad de otros menores en eventos escolares o familiares.
– No normalizar el sharenting, cada like a publicaciones en las que aparecen menores refuerza una práctica que puede ser dañina.
– Atender al menor, no a la cámara: la mejor conexión es sin pantallas de por medio.
– Pedir a familiares y amigos que no compartan imágenes de tus hijos.
– Dar ejemplo: si queremos que los menores respeten su privacidad, empecemos por mostrar
cómo.
– No hay sharenting seguro, una vez que compartes, ya no puedes controlar el destino de esa imagen. Por ello, debemos evitar esta práctica en la medida de lo posible.