Democreated Brand es una iniciativa que deja en las manos de los consumidores el proceso de creación de una marca, de la que además serán propietarios.
Son 100 los días establecidos por La Doma para participar en el nacimiento de Democreated Brand, una marca que han registrado en todo del mundo. Desde el pasado 1 de octubre hasta el próximo 8 de enero de 2009 los tienen a su disposición la página www.democreated.com desde la que pueden rellenar un cuestionario de 10 preguntas sobre los perfiles de la marca. Una vez cumplimentado, los usuarios reciben una clave que los convierte en propietarios (ownsumidores, según la denominación de La Doma) de una participación de la marca.
A partir del 8 de enero de 2009, la marca creada entre todos se pondrá a la venta. No se venderá al mejor postor porque se aceptará únicamente la oferta que se comprometa con todas las directrices marcadas por los consumidores.
El 80% de los beneficios obtenidos por la venta de Democreated Brand se repartirán entre sus propietarios, que en La Doma esperan que lleguen a alcanzar la cifra del millón. Una semana después de iniciarse el proyecto ya eran 1.000 los dueños de la marca y 31.000 las visitas a la web. Hasta el momento los co-propietarios de Democreated Brand son españoles, franceses, belgas, holandeses, británicos, argentinos, estadounidenses, chilenos, colombianos y mexicanos. El proyecto será introducido en breve en el mercado asiático.
Durante estos 100 días los interesados pueden opinar sobre la experiencia en el Diario Democreated Brand, un blog desde el que se puede seguir todo el proceso de creación de la marca. El blog consta de un foro, una galería y un apartado para artículos de líderes de opinión nacionales e internacionales.
Una reflexión sobre la
globalización. De acuerdo con el manifiesto que fundamenta esta iniciativa, “se trata de recordar a los consumidores, a los comunicadores y a las corporaciones del mundo que las marcas han sido, son y serán lo que decidan los ciudadanos”.
Democreated Brand es también, según señala Wallovits, “una reflexión acerca de la era de la globalización. No podemos ir para atrás, las nuevas tecnologías apuntan a una comunidad global interconectada donde se contagian las cosas de forma horizontal y fulminante. Pero no sólo se contagia lo malo. También se puede globalizar la ilusión, las ganas de aprender y la inteligencia”.
