Estos abusos afectan sobre todo al público más joven, que suele actualizar con bastante más frecuencia su Terminal con tonos e imágenes de moda.
En muchos casos, la descarga de contenidos viene asociada a la suscripción a un determinado club o servicio de mensajes sin que en momento alguno se informe al usuario sobre esta condición añadida. El problema llega cuando se agota el saldo de manera inesperada (en el caso de modalidades prepago) o cuando la factura del teléfono aparece inflada por la recepción de SMS.
La AUC viene detectando además una importante falta de información en la publicidad de estos servicios de mensajes: la mayoría de las empresas no están identificadas con direcciones postales o teléfonos de información; se ofrecen servicios de contenido sexual sin avisar, no se facilita una vía para la cancelación de datos personales, o se obliga a que el derecho de cancelación se ejerza sólo a través de correo electrónico.
AUC exige desde el año 2002 que los SMS tengan la misma regulación que se aprobó para el resto de servicios de tarificación adicional y ya anticipó que este tipo de abusos podrían producirse.
En este sentido, la asociación valora que, aunque con retraso, la Administración afronte una regulación de los servicios de mensajes cortos. A grandes rasgos, el Proyecto de Orden elaborado por el Ministerio de Industria garantiza al usuario el derecho de desconexión de estos servicios de mensajes, y también la posibilidad de no abonar su importe en caso de reclamación sin que ello suponga la suspensión del servicio telefónico ni del servicio general de mensajes cortos. Asimismo, se incluye la obligación de identificar con claridad el coste de los SMS en la factura y en la publicidad de estos servicios.