Hace años, demasiados, que en España es imposible conocer, de verdad, lo que pasa en el país y eso, para todo, es malo. Las marcas se integran en los números y en los datos de los medios buscando espectadores, lectores o consumidores en general, pero algún día deberán trascender los datos para buscar algo más y ese día se darán cuenta de que la elección es imposible: la verdad, la esencia de ese derecho de las sociedades democráticas que protegen el derecho a la información de sus ciudadanos, ha huido espantada por el tenor de lo que pasa.
El verano nos ofrecerá el peor panorama de esa realidad, así que me permito una amable invitación: si no quieres que la úlcera crezca, poca prensa, menos televisión y las revistas ni tocarlas, que las carga el diablo. Feliz verano a todos.