Desde Google son conscientes de que las soluciones de Privacy Sandbox iban a ser objeto de escrutinio desde el momento en que empezaron a desarrollarlas. Aceptaron, por el bien de la industria, someterlas al ojo crítico de la Autoridad de Mercados y la Competencia de Reino Unido (CMA) y comprometerse con no retirar las tan queridas y a la vez odiadas cookies hasta que sus soluciones garantizaran que no trastocarían demasiado el funcionamiento de la publicidad digital.
Pero parece que sí va a trastocar un poco, tal y como observó esta semana IAB Tech Lab en su análisis sobre las APIs de Privacy Sandbox para saber si servirían en 44 casos de uso básicos de publicidad online. La industria dictaminó que no. Y Google responde que sí, pero que todos, no solo él, deben cambiar.
¿Será el fin del retargeting?