La nueva tienda de Zara en Plaza de España (Madrid) sirve de ejemplo del punto de inflexión en el que se encuentra la marca de Inditex. Aquel enfocado a ofrecer valor al usuario, en un intento de desprenderse del título de referente del llamado fast-fashion, parte responsable del alto impacto ambiental que produce la industria de la moda.
Zara en Plaza de España. De la compra por volumen a la experiencia premium
Texto / Pilar Chacón
Fotos / Melisa Fernández Csécs
Mayor incitación a la compra
En el número 19 de Plaza de España se encuentra Zara. El mayor establecimiento de la marca de moda de Inditex, tal y como demuestran sus 7.735 m2 de extensión distribuidos en cuatro plantas. Dos meses después de su inauguración, IPMARK, acompañados de Darío Rodríguez, head of strategy de OMD España, nos adentramos en el nuevo modelo de tienda del buque insignia de la firma gallega para conocer la experiencia (o las varias experiencias) de compra que ofrece al usuario, y las posibles pistas que arroja sobre cómo será la tienda física del futuro.
Las notas discordantes que presenta la nueva tienda de Zara respecto al resto de su red comercial comienzan desde fuera del establecimiento. “Este Zara es más visible en la calle y tiene un punto de showroom que llama más a entrar”, comenta Rodríguez. Los colores flúor en las prendas ubicadas en los escaparates son tendencia en redes sociales como Pinterest o TikTok, de acuerdo con el responsable de estrategia de OMD, y el hecho de que se encuentren en los percheros y no en los maniquíes, incita más a la compra. “Si te fijas, la presencia de los maniquíes es prácticamente mínima frente a la presencia de los expositores de compra. Casi puedes ver la disponibilidad de tallas desde la calle”.
Esta incitación a la compra se refuerza en el interior, gracias a la propia disposición de las prendas. Así, al frente están situadas aquellas con los colores tendencia, los flúor, mientras que los pasteles, los blancos y los negros quedan hacia el interior.
Experiencia premium
Una empleada de Zara nos recibe y nos informa de las nuevas secciones de las que dispone la nueva tienda de la marca. La planta sótano alberga todo un espacio dedicado a moda infantil, una zona cómoda donde confluyen una variedad de estilos de prendas, tal y como nos describe Rodríguez mientras la visitamos. La planta baja, aquella que se encuentra nada más entrar, está dedicada a la sección Mujer, con prendas de vestir y la línea Trafaluc, enfocada a un público femenino joven.
En la planta superior coexiste la ropa más casual de Zara con las nuevas secciones, entre las que destaca una dedicada a lencería fina o un rincón para los perfumes de la marca de Inditex. Se suman la sección de Zara Beauty, la nueva incursión del gigante textil en el sector de Belleza; otra de calzado y complementos; y otra deportiva, con referencias que se alejan de las líneas que se observan en Oysho, otra de las marcas de Inditex, tal y como nos informa la dependienta y confirma Rodríguez.
“Hay una voluntad de dar peso a todo aquello que no es Zara”, observa el responsable de estrategia de OMD. “Los perfumes, los accesorios, los zapatos… eran referencias residuales para Inditex, y aquí cobran bastante importancia”. La intención de emular a otros grandes retailers habituados a la compra por departamentos, como El Corte Inglés o Urban Outfitter, puede generar, a ojos de Rodríguez, una experiencia de compra más fluida. “En Zara lo habitual es que vengas a dar un paseo y acabes comprando los pantalones, la camiseta, los tacones y, a lo mejor también te acabas llevando una sábana. Es interesante ver cómo se intenta dotar de valor a cada uno de estos elementos”.
La disposición de las prendas en los percheros o la propia decoración de cada sección y planta confirman la premiurización de la experiencia de la que habla Rodríguez. En el área de Lencería, con referencias de lencería fina, se muestran pocas prendas y estas aparecen iluminadas por luces LED que incorporan los propios percheros, típicas de un showroom. Otras señales de esta experiencia más premium se encuentran en las alfombras que limitan cada espacio y los vestidores en los que se presentan las prendas de la sección Caballero, así como la experiencia de maquillaje que se ofrece en Zara Beauty.
Los perfumes, los accesorios, los zapatos… eran referencias residuales para Inditex, y aquí cobran bastante importancia
“Llega un momento en el que, para compañías tan asentadas como Zara, el foco ya no va tanto de volumen, sino de lograr que el usuario gaste más y pase más tiempo con la marca. Esto es lo que empieza a cobrar valor. Si Zara ya de por sí tiene una penetración en España muy amplia, el margen de crecimiento que le queda es hacia el valor, que el usuario suba el ticket medio y este incremento no sea por volumen, sino por adquirir prendas más caras y que pase mucho más tiempo en contacto con la marca”. Un viraje que, según Rodríguez, están replicando todos los distribuidores de moda enfocados tradicionalmente en el llamado fast-fashion, parte responsable del impacto que deja el sector de la moda en el medio ambiente, “ya no solo por la crítica del público, sino también por las obligaciones que se van a imponer a nivel regulatorio”.
La app de Zara, amplificador de la experiencia en tienda
Otro de los aspectos característicos de la nueva tienda de Zara en Plaza de España reside en la tecnología. Este establecimiento es el primero de la cadena en acoger varios puntos Pay&Go – puestos que permiten a los visitantes pagar una compra a través de la app de Zara y sin pasar por la línea de caja-; cajas de autocobro con tecnología RFID; la posibilidad de reservar un probador mediante la app de la firma; probarse una base de maquillaje de manera virtual con el probador inteligente de la sección de Beauty; o recoger y poder devolver un pedido con el ascensor de prendas que se encuentra en un espacio dedicado a tal fin.
Llega un momento en el que, para compañías tan asentadas como Zara, el foco ya no va tanto de volumen, sino de lograr que el usuario gaste más y pase más tiempo con la marca
Señales del proceso de transformación digital en el que camina la compañía y que no necesariamente pasa por incorporar pantallas al establecimiento – en esta tienda, por cierto, se prescinden casi de ellas-. “Poner pantallas es una fórmula básica, fácil e incluso tramposa de dar apariencia de digitalización. Pones una pantalla y parece la tienda más moderna del mundo cuando en realidad lo que haces es proyectar imágenes con vestidos que tengo en la web. Zara demuestra la labor de ir un paso más allá, de digitalización real”, afirma Rodríguez.
La mayor parte de estas experiencias tecnológicas tienen como punto de inicio la app de Zara, clave en el concepto de tienda híbrida que expone Inditex en su nuevo establecimiento. El responsable de estrategia de OMD nos recuerda que esta asociación con la aplicación de la marca no es baladí. “Cuando vinculas la app con la experiencia en tienda, lo que logras es, como mínimo, que haya más personas que vayan a descargarse la aplicación porque o bien enriquece o bien permite algunas experiencias en tienda que, de otro modo, no habría”.
Ese mayor número de usuarios empleando la app implica, además, disponer de un mayor volumen de datos y extraer insights de interés para la firma de moda gallega, como hábitos de compra, referencias populares o categorías que se necesitan ampliar o reducir, informa.