Las Google Glass, las televisiones 3D o el móvil Twitter Peek son algunos de los productos que prometían ser revolucionarios y que, a día de hoy y con suerte, sólo sobreviven en nuestra memoria. Para acercar a sus alumnos la realidad del sector, la IED Madrid celebró un Halloween muy particular con su cementerio de los diseños.
Con su habitual tono irónico, desde el humor y la creatividad, el IED Madrid puso de manifiesto la necesidad de aceptar el fracaso para poder alcanzar el éxito, máxima que sus estudiantes deben tener muy presente de cara al mundo laboral.
En la noche de Halloween, el centro transformó el patio de su sede en un mausoleo del diseño. Diseños fallidos como el tobogán de Estepona, el Fiat Múltipla, la barra de labios Cheetos y otros muchos diseños terroríficos para recordarnos que la innovación también necesita del fracaso.
A través de esta acción, el IED Madrid hace una reflexión que va más allá del mundo del diseño: el fracaso forma parte de cualquier proceso vital —laboral, personal, sentimental,…— y es, precisamente desde el fallo, donde se encuentra el éxito.