Era verdaderamente admirable ver con que dedicación se aplicaba al visionado de las películas y demás trabajos expuestos y observar su asistencia a las conferencias y ruedas de prensa.
A pesar de su edad siempre se mantuvo enormemente lúcido y profesionalmente inquieto. El corazón, que ya le había dado un fuerte aviso hace años, ha terminado por jugarle la última mala pasada.
Jordi Garriga lo fue casi todo en la publicidad, allá por los años cincuenta y sesenta hasta la década de los ochenta desde su puesto de mando al frente de la publicidad y el marketing de Nestlé. De él dependía también la función de investigación. Fue presidente del Club de la Publicidad de Barcelona cuando la profesión no contaba en este país con instituciones y supo crearse una fuerte personalidad dentro de esta actividad, que no abandonó nunca, ni siquiera en los últimos tiempos, cuando llevaba ya muchos años jubilado. A él se debe la recuperación de la figura y la obra de Pedro Prat Gaballí, el primer tratadista sobre publicidad que produjo este país.
Desde IPMark queremos hacer llegar a su hijo Joan nuestro más sentido pésame. La publicidad de este país pierde una figura mítica. Descanse en paz.
Manuel G. Carbajo.
