En un entorno inseguro en el que la tecnología está al alcance de los niños, quienes pueden ver contenidos que no son aptos para su edad, el vídeo prono online más visto tiene 225 millones de reproducciones y el 89% de ellos muestran agresiones físicas y verbales o dejan ver actos de violación o incesto. De esto habla precisamente la campaña «Generación XXX» que está realizada por la organización Dale una Vuelta en colaboración con el Parlamento Europeo.
El objetivo es impedir que el contenido pornográfico llegue a generaciones de niños y niñas que no están en edad para entenderlos ni procesarlos. Por ello y para evitar que estos vídeos repercutan en los patrones de conducta de los más pequeños hasta que puedan adoptar actitudes denigrantes o agresivas, se ha creado la campaña «Generación XXX».
Además, un estudio reciente de «Pornografía y educación afectivosexual» ha determinado que la edad media que hay en España con la primera vez que un menor encuentra pornografía es a los 9-11 años. Por su parte, el 30% de los adolescentes accede a estos contenidos que circulan por el mainstream de manera accidental. Según los expertos estos hechos se deben al fácil acceso a la tecnología, la escasa regulación de estos contenidos en las plataformas online y la escasa información que tienen los adultos sobre esta realidad.
«Cuando pusimos en marcha el proyecto, no imaginábamos el resultado, ni la sensibilidad que ha mostrado la agencia en el cuidado por cada detalle. Hemos disfrutado del proceso y descubierto un nuevo camino para concienciar a la sociedad sobre la situación que vive la infancia e implicar a agentes sociales en la aportación de soluciones”, declara Jorge Gutiérrez, director de Dale Una Vuelta. La campaña «Generación XXX» con 85″ de duración cuyo diseño e ilustraciones son de la agencia alicantina Gettingbetter cuenta con redes sociales propias.
La landing incluye un descargable con recursos de apoyo para padres y madres llamado «El ABC de la Generación XXX». No obstante, la campaña que busca atentar contra la falta de control que expone a los menores hacia contenidos inapropiados y peligrosos, incluso para su salud mental, tiene como prioridad proteger la infancia de los menores.