No sólo como medio de ponerse en contacto con los oyentes españoles, sino desde la óptica de ampliar su cobertura propiciando la antenización. La ganancia ha sido cierta, según revelan los datos de Sofres AM. Pero quien ha salido más beneficiado en las retrasmisiones ha sido el canal Cuatro. Es lógico.
El crecimiento de ambos canales durante esos memorables días de competición quitó audiencia a otras cadenas, especialmente a TVE-1 y a Antena 3. El share de ambas descendió a un 17,3% y a un 18,1% respectivamente, mientras que Cuatro alcanzaba un 7,5% y La Sexta, que arrancaba con una participación del 0,6%, se situaba en un 5%. Desde el punto de vista del marketing es para que una y otra cadena estén más que contentas, y no entramos en la rentabilidad económica de la operación. El golpe está dado. Uno y otro canal, en especial La Sexta, supieron manejar con brillantez la oportunidad publicitaria que les brindaba la ocasión para situarse en el mapa televisivo de este país.
Ahora sólo les falta consolidar de alguna manera el impacto. Por lo pronto, La Sexta ya ha anunciado a bombo y platillo que retransmitirá el Mundial de baloncesto, que está al caer. Otra iniciativa interesante, en línea con la anterior. Y va de deporte. OBSERVADOR