Uno, que ha tenido la suerte de conocer otros mercados en Latinoamérica, se acuerda de lo que los mejicanos, expertos en la materia, llaman “periodicazo”. ¿En qué consiste la cosa? En que los dueños de un medio, habitualmente interesados en otros negocios, amenazan al político de turno, ese que no se entera y pone trabas, con una campaña en su contra usando el diario del que son dueños.
Las televisiones autonómicas actúan como forofos del gobierno de turno, pero todos los partidos han aplaudido la ley que ampara estas fusiones, que eso de crearse enemigos lo dejamos para otro momento. Diversidad hay, pero toda la diversidad se pone el servicio de la caja y de las buenas costumbres, no faltaba más.
Mis mejores deseos de supervivencia y hasta el año que viene, del que tampoco cabe esperar demasiado. Aun así, que los hados sean propicios.