Fjord revela las tendencias digitales para 2016

La consultora de diseño e innovación Fjord (parte del grupo Accenture) ha lanzado Fjord Trends 2016, la novena edición del

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La consultora de diseño e innovación Fjord (parte del grupo Accenture) ha lanzado Fjord Trends 2016, la novena edición del informe anual sobre las tendencias que predominarán en el ámbito digital.

¿Cómo están aprendiendo nuestros dispositivos sobre nuestro comportamiento y necesidades mediante los micromomentos que generamos con ellos? ¿Cómo la tecnología digital está poniendo el lujo al alcance del mercado de masas como nunca antes? ¿Estamos a punto de ver un cambio sustancial en el contexto de las apps, a medida que dejan de estar controladas exclusivamente por el usuario y pasan a mejorar proactivamente nuestra vida?

Para 2016, Fjord ha detectado 10 tendencias, bajo las que subyacen 4 grandes metatemas. A continuación recogemos los metatemas y las tendencias comentados por Fjord.

Metatemas

1. Los living services son la base de todo. En 2016 veremos grandes avances hacia lo que en Fjord denominamos living services: servicios digitales que estarán en constante movimiento, “vivos”, capaces de responder de forma dinámica a cambios en nuestras necesidades y contexto en tiempo real. La tecnología que los sustenta (como por ejemplo la inteligencia artificial) está evolucionado muy rápidamente, pero también el nivel de demanda (solo hay que ver cómo el yo cuantificado es ahora una expectativa de masas, no la obsesión de unos pocos).

2. Más pequeño, más rápido, más plano. Como dijo Matthew Bishop, editor ‘The Economist’, en el Foro de Innovación 2015 de este influyente medio, “el ritmo del cambio nunca volverá a ser tan lento como lo es ahora”. La transformación de lo digital es desenfrenada. La atomización es una realidad. Servicios que antes eran bloques estáticos se están atomizando en partes más pequeñas de actividad y contenido.

La desaparición de las apps frente a plataformas es una manifestación de esto y la democratización del lujo, otra. Y mientras la simplificación busca esconder cosas, la realidad virtual crea una nueva —e interensante— capa de complejidad llena de posibilidades.

3. El cambio social a través de lo digital resulta inevitable. Otro de los focos comunes a muchas de nuestras tendencias para 2016 es la necesidad de diseñar para la felicidad, tanto en entornos de trabajo, el hogar o como ciudadanos concienciados. El cambio social sustenta el cambio digital.

4. Menos design thinking y más design doing. La práctica del diseño se está abriendo camino a pasos agigantados no solo en las empresas, sino también en los gobiernos. Estamos viendo cómo grandes compañías integran el diseño en sus operaciones, y cómo entidades públicas crean departamentos de ingenieros de diseño. Hay muchas pruebas de que el diseño se está empleando para catalizar el cambio. El truco es no quedarse extasiado contemplando la promesa, sino activar la acción.

Las 10 tendencias para 2016

En el siguiente documento puede ampliar la información y acceder a una explicación más detallada de cada tendencia.

1. Dispositivos que escuchan: el poder de los micromomentos. Hoy en día, siempre hay alguien o algo escuchándonos. Llevamos dispositivos en la muñeca que nos escuchan y nos animan a correr más rápido o a comer mejor. Ya sean wearables o nearables, la última cosecha de dispositivos y sensores te escucha, te responde y te reorganiza. Se trata de micromomentos: nuevas interacciones cotidianas que hacen que nos parezca bien compartir datos que antes manteníamos en privado.

2. Servicios con modales (o el protocolo del big data). La tecnología inteligente nos está ofreciendo una perspectiva sin precedentes de quiénes somos y qué está pasando en nuestras casas, nuestros coches, nuestros cuerpos y los de nuestros seres queridos. Esta afluencia prolífica y abundante de datos tiene el poder de transformar nuestro mundo, tanto a gran escala como a pequeña. Pero esta explosión de oportunidades supone un nivel extraordinario de responsabilidad, y la capacidad de las organizaciones para hacer uso de esta inmensa cantidad de datos de forma ética es más importante que nunca.

3. B2We: invertir en la experiencia del empleado. El lugar de trabajo se está consumerizando. Al igual que demandamos —y de hecho recibimos— experiencias cada vez más únicas en nuestras vidas privadas, podemos llegar a esperar el mismo nivel de servicio en el trabajo. Seamos claros: los empleados de hoy en día esperan obtener de su trabajo experiencias personalizadas, una evolución rápida y una conexión personal.

4. Las apps se desvanecen. Las apps tal y como las conocemos no están al borde de la extinción, pero el conexto en el que operan está cambiando de forma drástica. Las apps han llegado a un punto de inflexión en el que se ha pasado de que el usuario sea quien las controle a influir ellas proactivamente en la vida de este. Nos encontramos en plena atomización de las apps.

5. La democratización del lujo. ¿Qué impresiona más, el rico de cuna o el nuevo rico? La tecnología está comenzando a cambiar la noción de ambos al abrir el mercado de los servicios de lujo a las masas. En el pasado, las experiencias muy personalizadas estaban únicamente reservadas para los más pudientes ya que podían acceder a ellas por estatus y posición económica. Pero gracias a que la tecnología digital posibilita que sean redimensionables a la vez que personalizables, los servicios “de lujo” están a disposición de las masas de una forma completamente nueva.

6. Para el pueblo: diseñando gobiernos amigables. Los gobiernos se aprovechan de lo digital y utilizan todo su potencial para encontrar la forma de cumplir mejor con su pueblo: conectar distintas comunidades en torno a una causa, afrontar asimetrías de la información o dotar de voz a los infrarrepresentados. Algunos gobiernos han avanzado mucho en su forma de pensar con respecto a la experiencia de los ciudadanos, ya que han pasado de un planteamiento único a servicios personalizados para las necesidades individuales. Incluso somos testigos de cómo arcaicas instituciones gubernamentales se echan a un lado para dejar paso a soluciones holísticas enfocadas al ciudadano. Este será el año en el que la tecnología se ponga a disposición del interés general y, lo más importante, dará paso a una nueva generación de ciudadanos.

7. Nuestra salud, la nueva divisa. Vivimos en una época de ingresos planos, perspectivas de trabajo inestables y gastos en asistencia sanitaria cada vez más altos. La confluencia de todos estos factores está dando lugar a un nuevo tipo de moneda, los datos sobre salud, que pueden tener valor económico.

8. Realidad virtual: el sueño (por fin) es real. ¿Por qué no te reirás de la realidad virtual en 2016? Se acabó concebirla como un tema de un futuro lejano, la realidad virtual (VR) hará su debut ante el público general en el 2016. No hace mucho, la VR era una tecnología tan extensa y cara que se relegó a las simulaciones de vuelos militares. Si ponemos el punto de mira en el 2016, las fuentes dicen que será un “año crítico para la realidad virtual”, ya que Sony, Oculus y Samsung publicarán versiones de consumo de sus productos durante la primera mitad del año.

9. Tachar cosas de la lista mental. Gracias a la digitalización de todo, nos encontramos ante el mercado más hiperreactivo de la historia. Las empresas ofrecen rápidamente toda una serie de productos y servicios digitales para satisfacer nuestras demandas en constante cambio como consumidores. Sin embargo, la innovación a este ritmo conlleva una consecuencia inesperada: un infinito exceso de opciones. Desde las más de un millón de apps en la Apple Store al pasillo de la leche de tu supermercado, cada aspecto de nuestras vidas nos pide hoy en día tomar una decisión. Esto provoca que la gente quiera tachar cosas de su “lista mental”.

10. El diseño se cuela en el corazón de las empresas. Es más duro que nunca marcar una diferencia sostenible solo con innovación en tecnología, o solo con innovación en el negocio. Innovar en la cultura empresarial, utilizando los métodos del diseño, es la mejor manera de diferenciarse, porque es mucho más difícil de copiar.