La era post-cookies de terceros se acerca. Esto implica un cambio en el panorama del marketing digital, en el que los expertos en este mundo tienen que buscar nuevas formas de obtener datos valiosos sobre su audiencia para poder alcanzarla con las mejores campañas publicitarias.
En este contexto, el trabajo de seguimiento del tráfico web y la recopilación de datos de los consumidores para mejorar las experiencias digitales y de productos, la entrega, medición y atribución de la publicidad tendrán que buscar nuevas formas de recolectar los datos. Por tanto, ha llegado ese momento en el que muchos se preguntan: ¿Y ahora qué?
Con este futuro próximo, las marcas y empresas exploran alternativas para poder ofrecer a sus clientes una experiencia personalizada, ya que, como en cualquier sector, es vital conocer cómo es su cliente. En este sentido, en el caso del marketing digital, una de las herramientas más utilizadas para lograr este objetivo es lo que se conoce como first party data.
La recopilación de los datos por parte de la marca o empresa puede suponer todo un desafío, sin embargo es importante contar con un modelo de datos bien estructurado para facilite la recopilación de toda la información de consumidores y potenciales clientes procedentes de las diferentes fuentes de información como pueden ser, por ejemplo, las interacciones en la web, en redes sociales, campañas de publicidad vía email con promociones al consumidor o acciones de marketing llevadas a cabo como las de momento ganador.
Así, el FPD resulta una forma muy poco intrusiva de solicitar información al consumidor porque es el mismo quién facilita su información personal de forma voluntaria, y esto es lo que hace que el valor de estos datos sea mucho mayor. Otra de las ventajas de disponer de este tipo de data es que facilita el conocimiento sobre los intereses y los hábitos de compra de los clientes, lo permite conocerlos al detalle, y, además, poder impactarle en el futuro con promociones de su interés.
La obtención de datos no lo es todo. Las empresas deben ofrecer a los clientes y potenciales clientes la mejor experiencia posible para fidelizarlos, por ello es clave el almacenamiento y uso de estos datos. Asimismo, si una marca recopila la actividad de los clientes directamente de su propia plataforma, gracias a la inteligencia de datos, podrá optimizar el uso de éstos para predecir con mayor precisión las tendencias de ventas, conocer mejor al consumidor, saber cuáles son sus gustos, cómo se comporta con la marca y qué es lo que le gusta o disgusta.
En definitiva, en un entorno sin cookies es prácticamente una obligación tener que adaptarse. Todo un reto que presenta también una oportunidad para las compañías que tienen que definir sus nuevas estrategias ante un nuevo ecosistema digital sin cookies. Cada interacción con la audiencia es una oportunidad para conocerla mejor, pero gestionar de forma óptima el first party data es una forma fundamental para poder identificar al público objetivo y potenciar el engagement entre ellos y las marcas.