Siguiendo con los datos, queda reafirmada la falta de tiempo que se dedica a la escucha social. Sólo es necesario recurrir a ese 4,7% que las grandes entidades dedican tanto a monitorizar a otras empresas como a hacer seguimiento de influencers. Únicamente estas cifras ascienden a un 10% en lo referido a la gestión de crisis.
Si bien es cierto que la endogamia referida a hacer seguimiento de la marca ocupa un 25% del total, la realidad es que no se termina de sacar el máximo partido a las redes sociales. La participación orgánica entre las empresas y los usuarios presentes en estas plataformas es vital para fortalecer el vínculo, pero también para dar pie a relaciones profesionales, así como para adentrarse en el mundo de los influencers. Por el contrario, el 95% de las empresas olvida que la escucha en redes sociales forma parte de una estrategia que, bien llevada, conduce al éxito.
Cuatro ventajas de la escucha social
De acuerdo con Onclusive y el informe que ha realizado a través de su plataforma de escucha social,Digimind, existen varias ventajas para una empresa a la hora de dedicarle tiempo a la escucha social. Una de ellas es poder espiar a los competidores, conocer sus debilidades y sus fortalezas. La segunda es poder generar mensajes e historias que faciliten la participación orgánica, es decir, conocer los gustos, las preocupaciones y necesidades de los clientes potenciales. En tercer lugar, generar relaciones profesionales, tanto con medios de comunicación como con influencers. Y por último y de las más importantes, poder gestionar buenamente las crisis que puedan derivarse. Esta última atrae cierto debate debido a que las redes sociales, en varias ocasiones, han actuado como agravantes en situaciones de crisis. Sin embargo, un 55% ve en estas famosas plataformas sociales la solución a los momentos de alta tensión que se puedan producir entre empresas y consumidores.