Los últimos concursos –me cuentan los que de ello saben– se están ganando ofreciendo unas condiciones económicas dignas de ser estudiadas en el famoso colegio Hogwarts de magia y hechicería, pues cualquiera que intente hacer negocio con ellas debe contar con poderes o naufragar.
Hace años que pienso que el modelo que se aplica en el sector de la compra de medios es un absurdo; que los contratos firmados entre clientes y proveedores es muy posible que no resistieran una revisión realizada según la prohibición de vender o trabajar por debajo de los costes (Lo del “posible” se debe a que no soy jurista y no quiero líos); y que la cosa debería cambiar.
La demostración de que yo no fui al famoso colegio es que hace años que no pasa nada, que todo sigue igual y que los concursos se siguen ganando ofreciendo comisiones y costes imposibles.
¿Alguien tiene enchufe con Dumbledore para que me pueda matricular y conseguir esos poderes?
Sería estupendo, ¿verdad?