Las negociaciones iniciadas entre Elon Musk y el consejo directivo de Twitter el pasado domingo por la compra de la red social por parte del CEO de Tesla y Space X han finalizado apenas 24 horas después con un precio final de 44.000 millones de dólares y un futuro que luce incierto para la plataforma de microblogging.
Según ha comunicado la compañía, el consejo directivo de Twitter ha aprobado de forma unánime la oferta planteada por Elon Musk para la adquisición de la red social, puesta sobre la mesa a mediados de abril. El precio final se ha situado en los 44.000 millones de dólares, frente a los 43.000 millones iniciales.
“La libertad de expresión es la base de una democracia, y Twitter es la plaza del pueblo digital donde se debaten los asuntos vitales para el futuro de la humanidad. Twitter tiene un tremendo potencial – estoy deseando trabajar con la compañía y los usuarios para desbloquearlo-”, ha escrito el propio Musk en su plataforma fetiche.
Desde la propia directiva confiesan desconocer el futuro que le espera al medio de microblogging. “Una vez que se cierre el acuerdo, no sabemos qué dirección seguirá la plataforma”, comunicó a los empleados Parag Agrawal, CEO de Twitter, momentos después de anunciar la compra de la compañía por parte de Elon Musk.
El empresario sudafricano, no obstante, ha venido informando en los últimos días de las acciones que realizará sobre la red social, una vez que la operación se cierre. Los más destacados, la relajación de las restricciones sobre el contenido; la retirada de cuentas falsas y automatizadas; la publicación del algoritmo para que sea de código abierto; y el viraje a un modelo de negocio basado en la suscripción y no tanto en la publicidad.
A la espera de que la operación sea aprobada por las autoridades regulatorias y los accionistas, el acuerdo entre Musk y Twitter ha sido visto con buenos ojos por los inversores, al cerrar las acciones de la compañía el lunes con un alza del 5% hasta los 51,50 dólares por acción.
Europa pone coto al contenido ilegal
La noticia de la compra de Twitter por parte de Elon Musk coincide en el tiempo con el acuerdo alcanzado entre el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo para aprobar la Ley de Servicios Digitales (DSA) que, junto a la Ley de Mercados Digitales (DMA), añade nuevas responsabilidades a las consideradas empresas ‘gatekeepers’ o plataformas muy grandes (VLOP, por sus siglas en inglés), caracterizadas por contar con más de 45 millones de usuarios activos al mes.
Entre las novedades que introduce la ley, destacan el acceso que tendrá la Comisión Europea y cualquier Estado-miembro de acceder a los algoritmos de plataformas como Google, Amazon, Meta o Twitter, y la obligación para estas últimas de informar a los usuarios sobre cómo recomiendan el contenido y que estos puedan elegir una visualización no basada en la elaboración de perfiles (profiling).
La norma establece asimismo la obligación de retirar contenido, producto o servicio que sea considerado ilegal y la necesidad de evaluar y atenuar los riesgos que se generan en su plataforma – incluyendo la obligación de pasar auditorías independientes cada año-. Se prohíbe de igual modo la publicidad segmentada que emplea datos sensibles, como la orientación sexual, la religión o la etnia; la dirigida a menores de edad; y el uso de dark patterns con el fin de manipular las elecciones de los usuarios.
En la última semana de mayo, una delegación del Parlamento Europeo viajará a Silicon Valley para visitar las sedes corporativas de empresas como Meta, Google o Apple para hablar sobre el paquete de medidas incluidas en la DSA.