El estudio Mindreader revela que los consumidores todavía prefieren utilizar portátiles u ordenadores de mesa para realizar sus actividades online, en vez de sus smartphones y tablets. Además, el lugar desde el que se accede a la Red tiene más impacto en dichas actividades que la tecnología que esté disponible en ese momento.
Los autores del estudio, ya en su sexta edición, afirman que los que auguran la desaparición de los ordenadores tradicionales están muy equivocados. “A pesar de la creciente penetración de smartphones y tablets, la mayoría de la gente continúa utilizando la tecnología tradicional para acceder a Internet. Sería temerario creer que los consumidores van a abandonar los PCs como tecnología esencial”, advierte Norm Johnston, chief digital officer de Mindshare Worldwide.
El contenido, no el dispositivo
Encuestados norteamericanos indicaron que suelen realizar ciertas actividades online en el hogar, donde el dispositivo principal para acceder a Internet sigue siendo el portátil o el ordenador de mesa, y donde además la “jerarquía de pantallas” entra en juego (una pantalla grande siempre es mejor). Así mismo, pueden realizar ocasionalmente estas actividades en otros lugares, pero es entonces una cuestión más de necesidad que de deseo. Las típicas actividades online como hacer la compra, banca o incluso mirar mapas y planear rutas tienden a ser llevadas a cabo en el hogar y no fuera de casa.
Los encuestados que disponen de tres o más dispositivos admiten que realizan algunas actividades en más de un lugar, como utilizar las redes sociales, compartir fotos o buscar direcciones.
A la vista de estos datos, los responsables de Mindshare recomiendan a los anunciantes poner más énfasis en el contenido que ofrecen a su audiencia que en el dispositivo que el consumidor podría utilizar para acceder al mismo.
Sobre este punto, Norm Johnston comenta: “A pesar de que el desarrollo de nuevas tecnologías sigue siendo un camino emocionante y en continua evolución, en los departamentos de marketing no podemos predecir el tipo de dispositivo que una persona utilizará en el momento de realizar una actividad online. Por eso hay que tener un enfoque adaptativo de cómo el consumidor interactuará con la marca y no cerrarse a un dispositivo específico. El consumidor utilizará el que tenga más cerca y eso puede ser tanto el móvil o el ordenador. Si se limita la manera en la que los consumidores se conectan a una campaña, optimizando el dispositivo, se les estará forzando a utilizar un dispositivo que tal vez ellos no elegirían para esa actividad, corriendo así con el riesgo de alejar a los consumidores”.