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Supongo que para cuando aparezcan estas líneas ya será conocido el relevo de Carlos Sánchez por Carlos Castañeda como la imagen del café colombiano, pero este cambio me ha movido a hacer una pequeña reflexión que quiero compartir.
Desde su creación en 1959 por la agencia estadounidense Doyle Dane Bernbach, Juan y su mula Conchita han dado la vuelta al mundo haciendo conocer el café colombiano representando al humilde caficultor que trabaja en el beneficio del café. Una imagen contrapuesta al icono de El Exigente, popular representante de una marca de café en los USA que ha transcendido más allá de la marca hasta convertirse, como prescriptor, en un tópico del caballero latino para los anglosajones, pero cuya imagen proyecta, desde mi punto de vista hispano, la de un cacique cafetalero.
Es en este punto donde creo haber entrevisto el secreto de la longevidad de Juan Valdez y el cincuentón cowboy de Marlboro: son personajes antihéroe, hombres sencillos del pueblo construidos como arquetipos universales representantes de todos y cada uno de los que no vamos por el mundo buscando una cabina telefónica para cambiar nuestro rutinario traje gris por una ajustadísima malla azul complementada con una ridícula capita roja.
¡Larga vida, Juan Valdez!
(*) EduarDo Oejo es asesor de Comunicación Visual
oejovisual@yahoo.es