Después de unas temporadas con el freno puesto, el mercado del lujo en España registrará un crecimiento de un dígito este año, alcanzando los 4.000 millones de euros y acercándose a los niveles que tenía en 2010.
Según el Estudio de Bain & Company “Luxury Goods Worldwide Market Monitor”, las ventas globales del mercado del lujo alcanzaron los 224.000 millones de euros en 2014, un 3% más que en 2015 (y un 4% más si no se tuvieran en cuenta los efectos de los tipos de cambio en las divisas).
Los expertos señalan que las fluctuaciones en las divisas durante el primer trimestre del año han tenido un impacto en los flujos de los turistas, que funcionan como el principal motor del mercado del lujo, y sus patrones de gasto, especialmente entre los viajeros chinos. Dichas fluctuaciones han tenido los siguientes efectos:
• Europa Occidental obtuvo un fuerte apoyo del turismo asiático, que se benefició de la devaluación del euro, mientras que Europa del Este continúa sufriendo.
• El mercado en Estados Unidos ha empeorado, ha caído por debajo de las expectativas y ha perdido terreno en el cada vez más relevante turismo de compras.
• En Japón, el turismo ha cambiado por completo la dinámica del mercado en el país, que requiere nuevas iniciativas para dar servicio a los clientes.
• El turismo chino ha guiado el comportamiento del mercado asiático, apoyando a Corea del Sur y el Sureste asiático a expensas de China.
• China continental ha llegado a su “momento crucial” debido a que los principales actores del lujo han tenido dificultades para renovar el mercado.
Turismo chino, factor determinante
Los consumidores chinos representan más del 30% del gasto global en la industria del lujo y son los principales responsables del giro del consumo local hacia el gasto turístico, que ahora supone el 50% del gasto total en bienes de lujo. A pesar de esta carrera hacia el lujo, la preocupación sobre los precios entre los consumidores ha crecido considerablemente y ha supuesto un aumento del mercado del lujo off-price (con descuento) que ahora representa más del 30% del total de las ventas de lujo.
“La actual dinámica del mercado del lujo revela cómo ha cambiado este en los últimos 15 años”, comenta Claudia D’Arpizio, principal autora del informe y socia de Bain & Company en Milán. “La política de precios, la distribución y la estrategia de cliente continúan siendo las principales prioridades de las compañías del sector del lujo, pero los antiguos modelos están siendo cuestionados. En este nuevo entorno, las marcas deben hacer cambios fundamentales si quieren ganar en los años venideros”.
El lujo por regiones
• El mercado europeo comenzó bien 2015, impulsado por el aumento el gasto turístico (especialmente proveniente de China y Estados Unidos), como consecuencia de la debilidad del euro. Europa Occidental se mantuvo estable mientras el sur de Europa continuó en la senda de la recuperación. Sin embargo, el descenso en Rusia (y en el gasto de los rusos en todo el mundo) no mostró ninguna señal de cambio inmediato; se espera que este año el mercado europeo crezca entre un 3% y un 5% (a tipos de cambio constantes).
• En América, el crecimiento en 2015 se fija entre el 1% y 3% en términos reales, siendo más lento respecto a 2014. Esto se debe a los efectos negativos de un dólar fuerte en el gasto turístico, que está sólo parcialmente compensado por el consumo local.
• Japón continuó teniendo el mejor comportamiento del sector (con entre un 5% y un 7% de crecimiento estimado para 2015 a tipos de cambio constantes), beneficiándose del aumento del gasto por parte de los consumidores chinos, que ya representa un 20% del total de las ventas. Sin embargo, la menor confianza del consumidor local y la bajada de su consumo estuvieron influidos por el impacto negativo que supuso la subida del IVA en 2014.
• Las tendencias heterogéneas del mercado en Asia hacen que las previsiones de crecimiento se paralicen (se estima entre una caída del -1% y un aumento del 1% en 2015), debido a la influencia del flujo del turismo chino interregional. Para China Continental existe una previsión negativa, con un descenso de entre un 2% y un 4% en términos reales, debido a las actuales restricciones al gasto y a que los consumidores están cambiando su actitud y sensibilizándose al precio, lo que beneficia las compras en rebajas (off-price) y en el extranjero.