El último que apague la luz

La primera parte del año nos deja una nueva cadena de TV, La Sexta, a la que todos deseamos que

La primera parte del año nos deja una nueva cadena de TV, La Sexta, a la que todos deseamos que crezca feliz y con fuerza, que nos enseñe nuevos caminos y que, de verdad, aporte lo que promete. El encendido digital se ha quedado en un amago de lo que tal vez será algún día, pero nada más. Las cadenas no han querido dispersar ni un minuto de su interés en el hermano pequeño, de forma que podemos decir aquello de: “¿La TDT? Ni está ni se la espera”.

Por otra parte, la tecnificación del sector sigue en aumento; los modelos se hacen cada vez más complejos, las herramientas más precisas y ¿las decisiones?, neuróticas como siempre, gracias. De repente aflora el dinero y de repente desaparece; los medios sufren una constante ducha escocesa en la que cada vuelta del grifo conduce a una realidad insospechada. Las audiencias suben y bajan castigando sin lógica a unos y otros, que hasta ha habido quien, desde su responsabilidad comercial, ha ido poniendo velas y cirios a todo tipo de santos y santas para que España regresara a sus cuarteles y la gente se comportara como es debido a la hora de ver la TV., que los terremotos duran segundos, no meses.

Y el universo que existe fuera de la TV, que existir, existe, viéndolas venir y dejándolas pasar. Internet disparado y el resto con frío, por no decir que hay epidemia de hipotermia.
¿Y yo que hago aquí si agosto está a la vuelta de la esquina y repasando lo escrito compruebo que mi única neurona ya se ha ido a descansar? Pues eso, desearos feliz descanso y recordaros que el último en salir que apague la luz. Vamos, si no es molestia. Gracias.

 (*) Juan Manuel Beltrán es director de compra en Mediacom.