En general, el mercado de juego online no ha dejado de aumentar en los últimos años. A nivel mundial, la industria alcanzó un total de 187.7 mil dólares el pasado año, lo que implica un crecimiento del 2,6% con respecto al año 2022.
Las estadísticas prevén que este crecimiento continúe para los años venideros, esperando unos ingresos de 212,4 mil millones de dólares para el año 2026. Esta facturación no es de extrañar, teniendo en cuenta que en todo el mundo son 3,38 millones de personas las que encuentran en el juego online un modo de entretenimiento.
En lo que respecta a España, ya en el año 2022 había unos 843,860 jugadores activos, cifra que en el 2023 ascendió a los 1.637.831, según un informe de la Dirección General de Ordenación del Juego. En cuanto a la edad de los usuarios, algo más del 65% de los jugadores en España se encuentra entre los 18 y los 35 años. Esto coincide con la prevalencia de jóvenes jugadores en el resto de Europa. Por ejemplo, en el caso de Reino Unido, la edad media se sitúa entre los 25 y los 34 años.
Lo mismo sucede fuera del continente con Estados Unidos, en donde los usuarios rondan entre los 18 y los 24 años. Dentro de la gran oferta que abarcan los juegos de azar, las formas de entretenimiento más populares entre los jóvenes son los casinos online y, concretamente, el póker, el cual actualmente se puede jugar en vivo con un crupier real al otro lado de la pantalla.
El motivo por el que la juventud acude a esta forma de entretenimiento está relacionado con la emoción que implica, así como la socialización que genera, según explica un artículo de investigación de los
doctores S. Kim y J. A. Wohl. En este sentido, la probabilidad de ganar y la tensión sostenida durante la partida actúan como excitantes, liberando altos niveles de dopamina.
También juega un papel importante los nuevos modelos de juego que ofrecen los casinos online, permitiendo una mayor accesibilidad al juego gracias a diversas ofertas. Por supuesto, existen otras estrategias por parte de estas plataformas que resultan muy atractivas, tanto para los jóvenes como para los jugadores de cualquier edad. Una de ellas son los depósitos mínimos bajos, existiendo casinos con un depósito mínimo de cinco euros, los cuales permiten que los usuarios puedan empezar a jugar ingresando una cantidad ínfima de dinero.
En la línea de los motivos que hacen que los jóvenes busquen en el juego online una forma de diversión, los psicólogos apuntan a que los juegos de azar suponen una vía de escape para el estrés diario, tal y como informa The Yale Ledger en su informe ‘La psicología del juego’. En este mismo informe, los expertos recalcan que la mayoría de los jugadores son jugadores sociales, por lo que no muestran conductas problemáticas y solo acuden al juego de vez en cuando de una forma completamente saludable.
Esto lo corroboran los datos ofrecidos por la Asociación Estadounidense de Juegos de Azar, en la que se estima que el 90% de los usuarios practican el juego responsable. Otros de los motivos que se señalan a la hora de que los jóvenes disfruten del juego online es el hecho de impresionar a la multitud, así como el desafío que ciertos juegos como el blackjack implican.
Lo cierto es que nada de esto supone una sorpresa, sobre todo lo relacionado con la liberación de estrés. Según un sondeo realizado por el Instituto DYM para el Diario de León, el grupo de edad más afectado por el estrés a día de hoy es el comprendido entre los 18 y los 24 años. De hecho, a nivel mundial solo un 36% de ellos declararon padecer niveles de estrés bajos, en contraposición a los mayores de 65 años, quienes en un 78% aseguraron tener niveles de estrés buenos o muy buenos.
Así, no cuesta entender la predominancia de los jóvenes en el universo de los juegos de azar online. Una tendencia que está más que justificada teniendo en cuenta el resto de aspectos de su vida, los cuales le animan a buscar la diversión para poder enfrentar ciertas situaciones relacionadas con el trabajo o el dinero. Una diversión que, más allá de los juegos de azar online, también incluye otras prácticas como los videojuegos o las plataformas de streaming.