El día en que dejé de creer en la TV

La primera sensación fue de coitus interruptus. Pero nada, seguro que enseguida devuelven la señal, pensé. Ese primer corte ya

La primera sensación fue de coitus interruptus. Pero nada, seguro que enseguida devuelven la señal, pensé. Ese primer corte ya me pareció violento, pues a cualquier aficionado le gustaría disfrutar de ese maravilloso momento. Y aún sabiendo que lo estábamos viendo gracias a la publicidad (que ya lo sé, que vivo de ello y como tal lo puedo entender), me pareció una importante falta de sensibilidad o una forma muy agresiva de rentabilizar la inversión.

Pasaron los primeros cincos spots, seguimos sin señal, vemos los anuncios en formato reducido para dejar una ventana con el contenido.

Otros cinco. Otros cinco