Me imagino que se han dado cuenta de que así no consiguen vender todo lo que querrían y que además se granjean las antipatías del público. En mi caso particular he tenido que soportar el acoso de una compañía de telefonía que durante meses me llamó todos los viernes justo a la hora en la que disfrutaba de mi única siesta semanal. Por supuesto, esa empresa puede insistir pero jamás, jamás les contrataré ningún servicio.
Jaime Ángulo
Espero con ansiedad que estas buenas prácticas se conviertan en una realidad tangible. Creo que las operadoras saldrán ganando y los consumidores podremos descansar y olvidarnos de una táctica comercial que lo que provoca es irritación y animadversión hacia las marcas.
Aunque supongo que es demasiado ingenuo pensar que de golpe y porrazo dejemos de recibir llamadas a diestro y siniestro, a horas intempestivas y en cualquier día de la semana.
Carla Flores