En un contexto en el que el 90% de las empresas españolas no comprenden el funcionamiento del Impuesto sobre el Plástico no Reutilizable y considera necesaria una reforma que aclare esta regulación, más de un 80% ha recurrido a asesoría externa, lo que ha supuesto un sobrecoste de más de 3.000 euros.
Esta es una de las principales conclusiones que refleja la encuesta sobre el Impuesto a los Envases de Plástico No Reutilizables elaborada por Ayming. La consultora internacional especializada en el ámbito de la Estrategia y la Financiación de la Innovación y Fiscalidad de empresas e instituciones trabajó en colaboración con el
Centro Español de Plásticos para preguntar a más de 150 compañías de distintos sectores con una facturación desde los seis millones a los más de 50 millones.
En esta tesitura, el 92% de las empresas manifiesta que el mecanismo del Impuesto sobre Envases de Plásticos No Reutilizables es de difícil comprensión y para un 75%, el mecanismo de respuesta y el material aclaratorio de la AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria) no arroja soluciones a las dudas planteadas.
En este sentido, Sonia Álvarez, directora del área de fiscal de Ayming España afirma que “la gestión del IPNR ha supuesto un auténtico reto para las empresas. Su difícil comprensión ha complicado la correcta liquidación, lo que ha provocado que muchas empresas hayan tenido que solicitar la ayuda de expertos”.
Debido a las dudas generadas entorno al IPNR, el 80% de las empresas ha recurrido a expertos, es decir, ocho de cada diez empresas afirma haber contratado servicios de terceros para una gestión óptima. Dicha externalización ha supuesto incurrir para el 45% de los encuestados en más de 3.000 € de inversión, llegando incluso a más de 15.000 € para un 7%.
En la parte interna, las empresas han destinado, más de un 60% en horas de los empleados, un 35% de costes informáticos y un 4% en replantear nuevos diseños de productos y estrategias, datos que reflejan el amplio impacto que este impuesto ha tenido en las operaciones y la actividad de las empresas.
“Indudablemente, además del coste económico del propio impuesto, las empresas han asumido costes indirectos, como los asesores fiscales, costes laborales y gastos en sistemas informáticos y cambios en la cadena de valor de las empresas. El sector Pyme, es decir, el 99% del tejido empresarial español, no está habituado a tratar con la complejidad de este tipo de Impuestos Especiales y, por ende, han sido las más afectas en la medida en que también cuentan con menos recursos”, detalla Álvarez.
En otro orden de cosas, solo el 30% de las empresas encuestadas afirman haber contado con colaboración por parte de sus proveedores en la facilitación de la información sobre la cantidad de plástico importado. En este sentido, son las grandes empresas las que han afrontado mayores dificultades en la obtención de la información al contar con un gran número de proveedores extranjeros y por la falta de coordinación interna entre los distintos departamentos de cara a obtener los datos.
“Una solución práctica para otorgar mayor seguridad jurídica a los contribuyentes y reducir la complejidad en la gestión del Impuesto podría ser la aprobación de valores por defecto”, manifiesta Faysal Assakale, responsable de Impuestos en Ayming España.
¿Cumple el IPNR su finalidad medioambiental?
A pesar de que más del 50% de las empresas ha implantado medidas para reducir los envases de un solo uso, el impuesto no está cumpliendo su finalidad medioambiental El IPNR se ha diseñado con la finalidad de desincentivar el uso de envases de plástico y transitar hacia una economía circular, aunque, a juicio del 90% de los encuestados, el Impuesto no está cumpliendo con una finalidad medioambiental.
Finalmente, las organizaciones afectadas están encontrando trabas para reducir o eliminar los envases de plástico de un solo uso puesto que no sólo depende de las propias organizaciones, también de otros factores externos. Por ello, el 84% considera que, actualmente, no es factible sustituir el plástico por otro material.