El informe revela que más de la mitad de los españoles percibe una sociedad “rota” (55%) y en “declive” (57%), aunque este sentimiento está altamente politizado. Los votantes de VOX encabezan este pesimismo (84% consideran que el país está roto), mientras que entre los simpatizantes del PSOE las cifras caen al 37%. Esta polarización convierte a España en un caso atípico respecto a otros países como Francia o Italia, donde el desencanto se muestra de forma más transversal.
Además, la ciudadanía expresa un creciente distanciamiento respecto a la clase política. El 72% cree que los líderes políticos no se preocupan por personas como ellos, una percepción que ha aumentado 8 puntos desde 2023. Este sentimiento se refuerza con la desconfianza hacia los expertos (68%) y la creencia mayoritaria (64%) de que la economía está amañada para favorecer a los ricos.
En el Índice de Ruptura Social elaborado por Ipsos, España se sitúa en 60 puntos —un nivel similar al de EE. UU.—, por debajo de países como Reino Unido (66), Hungría (63) o Italia (62). Donde España se desmarca con claridad es en su percepción sobre la inmigración. Solo uno de cada tres españoles cree que el país sería más fuerte si se limitara la inmigración, frente a cifras significativamente superiores en Hungría (48%) o Alemania (45%).
Aunque entre los votantes de VOX esta idea alcanza el 71%, el resto del electorado mantiene posiciones mucho más abiertas. También destaca la concepción cívica de la identidad nacional. Para el 86% de los españoles, ser un “español de verdad” se basa en el mérito personal, el respeto a la igualdad (85%) y el uso del idioma común (84%).
El informe también subraya las paradojas de la opinión pública. Un 33% reclama un líder fuerte que rompa las reglas, mientras un 65% apuesta por la democracia directa a través de referéndums. Asimismo, se demanda más gasto público sin aceptar mayores impuestos: el 52% rechaza subir los impuestos, aunque las prioridades de gasto varían según la ideología política.
Para Paco Camas, director de Opinión Pública de Ipsos España, el país “refleja como un espejo imperfecto las tendencias populistas que recorren Europa”. Comparte el malestar y la desconfianza hacia las élites, pero mantiene —al menos por ahora— ciertos “anticuerpos” frente a las expresiones más radicales.