La economía de la longevidad en España crece un 12%

España ocupa la posición 15 de los 27 países europeos en materia de desarrollo de la economía senior, con 31,02 puntos sobre 100, lo que ha supuesto una mejora del 40% entre 2005 y 2020.

Nuestro país camina hacia la economía de la longevidad, como muestra el crecimiento del 12% entre 2015 y 2020 de la misma. Y aunque es una de las regiones con la mayor esperanza de vida en el Viejo Continente, el avance de la economía relacionada con la transición demográfica es, sin embargo, más lenta que en otros países europeos. 

Según los datos del primer informe Senior Economy Tracker, realizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre en colaboración con la Universidad de Comillas, en el que se cuantifica el progreso de la longevidad en Europa, España ocupa la posición 15 de los 27 países europeos en materia de desarrollo de la economía senior, con 31,02 puntos sobre 100, lo que ha supuesto una mejora del 40% entre 2005 y 2020, periodo de análisis del informe. 

El Sénior Economy Tracker permite poner en valor los avances en el ámbito de la economía de la longevidad e identificar los retos asociados y las oportunidades que conlleva, así como facilitar la toma de decisiones políticas, empresariales e individuales. Para ello, realiza un análisis de cuatro dimensiones y, dentro de estas, de diferentes categorías: social (categoría “transición demográfica”), institucional (categorías ”pensiones y protección laboral” y “sanidad y protección social”), macroeconómica (categorías “mercado de trabajo silver” y “mercado de bienes y servicios silver”)  e individual (categorías “seguridad financiera”, “vida saludable y activa” y “participación en la sociedad”). 

En el caso de nuestro país, es el segundo con mayor evolución de la dimensión social, después de Italia, asentándose como una de las regiones europeas donde más progresa el avance demográfico, como indica que sea uno de los cinco países con mayor esperanza de vida y que la población de más de 65 años supere el 21% del total. 

No obstante, se muestra por debajo de la media europea en los ámbitos de macroeconomía – que mide el consumo de la población senior y el mercado de trabajo de la misma- e institucional – referido al gasto en sanidad financiado por el sector público, la partida dedicada a medicina preventiva, la pensión media, la edad media de jubilación o el riesgo de pobreza de los pensionistas-. 

En concreto, el desarrollo del mercado de trabajo sénior y la participación en la sociedad por parte de los mayores de 55 años, que han obtenido las peores puntuaciones. Además, junto con Reino Unido, España ha retrocedido en su posición de seguridad financiera con respecto a 2015, lo que evidencia la necesidad de implementar políticas económicas que aceleren el avance hacia la economía de la longevidad, explican sus autores. 

El norte de Europa, la región más avanzada

Los países europeos líderes en esta materia se sitúan en el norte: Dinamarca (43,41 puntos), Noruega (43,27 puntos) y Finlandia (42,91 puntos). 

En la comparación por dimensiones, Dinamarca, Países Bajos y Noruega lideran, respectivamente, las dimensiones institucional, macroeconómica e individual. Por su parte, Italia y España lideran la dimensión social. En relación al análisis por categorías, destaca el liderazgo de Dinamarca y Luxemburgo en “pensiones y protección laboral” y el de Reino Unido en “sanidad y protección social”, dentro del ámbito institucional. En la dimensión macroeconómica, los mejores países son Irlanda y Países Bajos en “mercado de trabajo silver”, y Luxemburgo y Noruega en “mercado de bienes y servicios silver”. En cuanto a las categorías en la dimensión individual, Noruega lidera la “seguridad financiera”, y Suecia la de “vida saludable y activa” y la de “participación en la sociedad”.

Por el contrario, los países de Europa del este son los que presentan una evolución más débil, siendo Croacia el peor de toda la muestra, con 18,22 puntos.

No obstante, el informe pone de manifiesto que la evolución a lo largo del periodo analizado presenta una tendencia creciente en todos los países y subraya la existencia de un paralelismo importante entre la clasificación y el PIB per cápita del país.