La revolución digital ha traído consigo nuevas fórmulas de emprendimiento. Hasta hace poco, cualquier persona con una idea de negocio bien estructurada podía ver frenada su ilusión por varios obstáculos. Y, normalmente, uno de ellos era el que se convertía en insalvable: la inversión. Esto es válido para todos los sectores, pero especialmente para el que nos ocupa hoy: el comercio.
Poner en marcha un negocio físico suponía unos gastos considerables. Lo primero, el alquiler – o compra- de un establecimiento desde el que vender los productos. Por supuesto, también la compra y distribución de dichos productos. No podía faltar el personal que atendiera a los consumidores. Y, para qué nos vamos a engañar, sin unas buenas campañas de publicidad y marketing siempre resulta difícil diferenciarse de la competencia. Por no hablar de impuestos, pago a proveedores y mil y un imponderables que se presentan en el día a día y vacían la caja de los ahorros.
Con la expansión de los negocios digitales, la cosa cambió y la inversión se redujo significativamente. El simple hecho de evitar el gasto que supone contar con un local y la posibilidad de hacer todas las gestiones en remoto supone una importante rebaja en la inversión que ha ayudado a democratizar el emprendimiento.
No obstante, incluso en el mundo digital, se mantienen varios aspectos que implican la necesidad de un gasto. Sin contar con una cantidad determinada de ahorros o inversores que la aporten resulta muy difícil poner en marcha un e-Commerce que distribuya diversos tipos de productos. Y los dos aspectos principales en los que se va a soportar parte del gasto son el almacenamiento y los envíos de los artículos. Cualquier emprendedor necesita un espacio en el que guardar el stock y un sistema que facilite el traslado de la compra desde el almacén hasta el destinatario final.
Sin embargo, en los últimos años se ha extendido un modelo de negocio online que reduce los gastos previos a la mínima expresión y convierte el emprendimiento en una oportunidad a la que prácticamente todos podemos acceder. Su nombre: dropshipping.
De qué hablamos cuando hablamos de dropshipping
El dropshipping viene a ser un servicio de venta directa en el que el emprendedor tan solo necesita contar con una tienda online en la que muestra a los usuarios los productos que vende. Esto es, no se ocupa ni del almacenamiento de los artículos ni del envío de los mismos. Tal modelo implica que no tiene que enfrentarse a ningún tipo de gestión logística. Veámoslo un poco más al detalle.
El emprendedor crea una página web en la que ubica los productos que vende. Su tarea es elegir qué tipo de artículos quiere vender y diseñar y mantener un portal accesible, funcional y que llame la atención del consumidor. También, por supuesto, debe conseguir que los consumidores accedan a él a partir de las estrategias de marketing. Pero solo en esos aspectos ha de centrar su inversión en la puesta en marcha del negocio. No tiene que adquirir los productos que luego vende ni asumir los gastos asociados al almacenamiento y al transporte.
¿Y cómo funciona el proceso? Cuando un usuario accede al e-Commerce y adquiere un producto, el propietario de la tienda online se pone en contacto con el proveedor que
almacena dicho producto y este último es también el que se encarga del envío al consumidor final. Es decir, en el dropshipping el empresario no tiene que hacer una inversión previa para adquirir la mercancía que aún no ha vendido ni para almacenarla o realizar el envío.
Esto supone, por supuesto, un riesgo. Es fundamental que el emprendedor trabaje con un proveedor de la máxima confianza, ya que no tiene ningún control sobre el proceso de venta del producto, algo que sí ocurre un e-Commerce tradicional. Si el proveedor falla, la tienda online se verá claramente perjudicada.
En caso de una mala experiencia por parte del usuario, que no reciba su artículo en el día indicado o que le llegue en malas condiciones, la imagen que se verá afectada será la del propietario de la tienda. Y ya sabemos que, en el mercado online, generar una mala imagen es sinónimo de perder clientes.
Ventajas e inconvenientes del dropshipping
Este pujante modelo de negocio presenta indudables pros, pero no pocos aspectos negativos. La baja inversión facilita que casi cualquier persona que quiera probar a tener su propio negocio tenga acceso a él. Pero existen problemas asociados a esta modalidad que conviene tener en cuenta.
El dropshipping puede ser el mejor espacio de prueba y aprendizaje como emprendedor. Esto es consecuencia directa de lo que hablábamos, de esa baja inversión. Si te pica el gusanillo de emprender, de tener tu propia tienda, pero dudas de las posibilidades de éxito es la fórmula perfecta. No necesitas contratar personal, no vas a tener que preocuparte del almacenamiento ni de los envíos. Y solo adquirirás al proveedor los artículos que el cliente te ha confirmado que quieres comprar. No hay apenas gastos previos.
Podrás ocuparte, por ejemplo, de tu negocio de dropshipping unas pocas horas al día mientras mantienes tu trabajo habitual. Y solo en el momento en que entiendas que el crecimiento es significativo, dedicarte solo a tu e-Commerce e ir ampliándolo e incluso cambiar el modelo de negocio.
Pero, por supuesto, también existe otro lado de la moneda. Frente a los negocios tradicionales, los beneficios que te va a dar tu tienda de dropshipping son mucho menores. Y esto es porque el margen que te queda es bastante pequeño, ya que deberás pagar a tus proveedores, que son quienes se encargan de tener el producto en stock y de enviarlo al cliente.
Y no solo eso, sino que no siempre es fácil que el consumidor elija tu web frente a otras. La competencia es extraordinaria y necesitas ser creativo y constante en tus estrategias de marketing, moverte en las redes sociales como pez en el agua, si quieres que tu e-Commerce no quede diluido entre otros muchos negocios similares. Porque en el dropshipping es bastante difícil diferenciarse.
De cualquier modo, si emprender es tu vocación, si anhelas tener un e-Commerce en el que puedas explorar tus capacidades de venta online, pero no cuentas con inversores importantes o una situación financiera desahogada, el dropshipping es una magnífica fórmula de adentrarte en el mundo de los negocios con poco riesgo. El emprendimiento cada vez está más democratizado y el dropshipping es una buena muestra de ello.
Artículo de Mariano Zúñiga Roger, director de comunicación, marketing y negocio digital en Up Spain.