Para promover la inclusión y cambiar estereotipos a través del diseño y a la hora de crear marcas, productos o experiencias accesibles debemos tener en cuenta la diversidad de nuestro entorno e intentar no dejar a nadie fuera. Sabemos que no es tarea fácil y aún estamos en una etapa de aprendizaje y mejora, pero el objetivo es incorporar principios y disciplinas en nuestro design thinking que ayuden a eliminar esas barreras. Así, por ejemplo, es importante diseñar para representar la diversidad del ser humano, desde razas o grupos de edades diferentes hasta distintos tipos de cuerpos, para reforzar de forma equitativa y positiva esas diferencias.
Debemos diseñar para empoderar, asegurando que siempre representamos a todos como iguales a nivel cultural e ideológico, creando balance en la representación de la diversidad sexual y/o de género, sin olvidar, por ejemplo, la diversidad de roles familiares.
Por otra parte, cada vez más, el diseño debe representar y ayudar a personas con discapacidad, para las que el día a día es un continuo reto, incluso el realizar tareas cotidianas. Sabemos que existe un gran porcentaje de personas con problemas físicos comunes, desde la falta de vista a la movilidad reducida o las dificultades de aprendizaje. En este sentido, pequeños detalles como un uso correcto del color sin demasiados contrastes, optimizar tipografías para una mejor legibilidad, reducir el contenido demasiado brillante o proporcionar textos alternativos que describan el contenido visual son prácticas que ayudan, que hacen diseño inclusivo, y que empiezan a aplicarse cada vez con mayor frecuencia en el mundo digital para mejorar la experiencia de usuario. Pero aún queda camino por recorrer.
Consideramos como diseño inclusivo y accesible aquel que demuestra la intersección entre diferencias de edad, personalidad, género, sexualidad, religión, raza, tipo de cuerpo y discapacidad, siempre, por supuesto, con la delicadeza de no caer en lo falso, lo intencionado o lo estereotípico.
Algunas marcas ya están abanderando este movimiento, pero la sociedad está exigiendo una involucración más profunda y, aquí, muchas se están quedando atrás. Por eso, es importante revisar cómo abordar este tema tan relevante desde el corazón de la marca para aplicar los cambios que sean necesarios en todos sus productos, servicios, experiencias y/o activaciones y garantizar, así, que todas las personas tengan el mismo acceso y oportunidad para participar de ellas. ¿Quién quiere quedarse fuera?