Con esta pregunta se abría una nueva edición de DigitalEs Summit, el encuentro anual organizado por la Asociación Española para la Digitalización y que reúne a las principales compañías de España, así como a directivos y representantes de la administración. Eduardo Serra, presidente de la asociación, advirtió sobre el riesgo de que nuestro país pierda el tren una vez más, mientras que Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa, trató de transmitir optimismo a los asistentes.
Conectividad y talento son los dos activos sobre los que fundamentó su visión optimista Calviño, si bien reconoció que para alcanzar un grado óptimo en la digitalización de la sociedad y la empresa españolas será necesario incrementar la inversión en I+D, estancada en un 1,4% cuando el objetivo a alcanzar está en el 3%. Conseguir la plena transformación digital de las pymes (el 95% del tejido empresarial español) y extender los beneficios de la revolución tecnológica a todos los ciudadanos fueron los otros dos objetivos a los que se refirió la ministra.
Unos objetivos que también protagonizaron el debate posterior en el que participaron Víctor del Pozo, consejero delegado de El Corte Inglés; José Antonio López, presidente y CEO de Ericsson España; Marta Martínez, presidenta de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel; Ignacio Gallego, presidente de Nokia España, y Emilio Gayo, presidente de Telefónica España.
Coincidió Gayo con Calviño en diagnosticar una correcta evolución española en lo que a digitalización se refiere, destacando nuestra avanzada posición en conectividad y señalando como puntos de mejora la escasa digitalización de las pymes, la necesidad de formar tanto a las nuevas generaciones de trabajadores como a las anteriores para no desperdiciar talento («si el 20% de lo que gastamos en ERES para mandar a gente de 40 y 50 años a su casa lo empleáramos en su reciclaje, nos iría a todos mucho mejor en este país», criticó), y las políticas regulatorias.
Algo más pesimista se mostró Marta Martínez, presidenta de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel, cuando recordó que solo el 20% de las empresas españolas ha llevado a término con éxito su transformación digital. Sobre la Inteligencia Artificial, Martínez advirtió de que «se entrena y hay que hacerlo dentro de los límites de la transparencia y la seguridad porque es una tecnología con muchas vías de apertura a las malas prácticas».