La Federación de Organismos de Radiotelevisión Autonómica (FORTA) y la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) han publicado un decálogo de recomendaciones para tratar la salud mental en los medios de comunicación.
La presentación contó con los presidentes de ambas organizaciones, Mariano Caballero, presidente de FORTA, y Manuel Martín Carrasco, presidente de la SEPSM. El decálogo incluye diez orientaciones prácticas sobre cómo evitar los abusos, cómo utilizar un lenguaje correcto o tener en cuenta la vulnerabilidad de los pacientes psiquiátricos. Una de las recomendaciones es evitar la asociación entre enfermedad mental y violencia contra otras personas.
El presidente de SEPSM, Manuel Martín Carrasco, cree vital la “implicación de los medios públicos de comunicación social”, los mismos que pueden ayudar a fomentar la sensibilización sobre los problemas y hacer un uso correcto del lenguaje lejos de estigmas y fuera de todo tipo de sensacionalismos. Por su parte, Mariano Caballero considera que hay que ayudar a los informadores para hacer bien su trabajo con la finalidad de erradicar los prejuicios sobre la salud mental. Según el presidente de FORTA el decálogo es «algo más que un código de buenas conductas» al ser «un texto instructivo y pedagógico» que «ayuda a comprender mejor los problemas». Ambos esclarecen que este decálogo sirve para todos los profesionales de los medios de comunicación.
Diez recomendaciones sobre salud mental en el sector de la comunicación
1). El decálogo sostiene que hay que estar bien informado con fuentes psiquiátricas serias, fiables y actualizadas. Es necesario consultar las referencias Apa, entre otras, evitar las generalizaciones abusivas y comprobar todo, así como erradicar los estereotipos, prejuicios y falsas creencias o dar paso a falsos tópicos sociales.
2). Un profesional de los medios de comunicación debe alejar los asuntos psiquiátricos de las crónicas de sucesos y no hacer prejuicios centrándose en la información de la enfermedad mental mostrando las circunstancias contextuales y evitando los titulares que tiendan a ser morbosos.
3). Es necesario utilizar un lenguaje adecuado con una terminología correcta. Para ello, se puede recurrir a un glosario fiable de signos y síntomas. Evitar las etiquetas, las estigmatizaciones, el sensacionalismo y términos como «perturbado». «loco», «trastornado», etc.
4). Cuida las imágenes tanto como las palabras. Consulta la referencia BPS. No mezcles salud mental con otras discapacidades o enfermedades para ilustrar las informaciones.
5). Tener en cuenta la vulnerabilidad de los pacientes psiquiátricos es fundamental, sin dar pie a sobredimensionar sus limitaciones. Destaca los aspectos positivos de las personas con problemas mentales, respeta sus pensamientos o conductas.
6). Respeta y protege la vida privada de los pacientes, sus familiares y amigos ya que tienen los mismos derechos que el resto de la ciudadanía. Habla con ellos en primera persona («pacientes con esquizofrenia o depresión» no en tercera con ejemplos como «esquizofrénicos» y «depresivos»). No metas sustantivos para etiquetar su condición.
7). Realiza un trabajo veraz sobre el trastorno o enfermedad, da voz a especialistas, a afectados y allegados. Apoya la recuperación de los pacientes y lucha a favor de sus derechos. Evita la compasión y el paternalismo.
8). Evita el uso metafórico de las enfermedades mentales para referirte a la actualidad (por ejemplo, las políticas “esquizofrénicas” o “demenciales” de tal o cual partido, etc.). Evita el uso político tendencioso de la psiquiatría o de la salud mental (hasta donde se sabe, ha servido de poco).
9). Informa de modo responsable cuando tengas que hacerlo sobre el suicidio.
10). Recuerda: la asociación enfermedad mental-violencia contra otros es falsa. El riesgo de violencia se asocia más a la psicopatía. La generada por pacientes psiquiátricos
es minoritaria y la realidad es más bien la contraria: algunos pacientes psiquiátricos se autolesionan o suicidan. Y no pocos son víctimas de la violencia o el maltrato de terceros.