Las noticias que nos llegan no son nada optimistas. La mala coyuntura económica ya ha pasado de las hipotecas, el ladrillo, los coches y otros sectores a la publicidad. Como era de prever. Algunos medios lo están empezando a sentir en sus carnes. Y de qué manera. Pregunten a la prensa, por ejemplo.
Cuando la economía va mal, la situación suele ser generalizada, aunque no siempre va mal para todos, ni en el mismo grado. Incluso algunos es posible que salgan beneficiados, dada la naturaleza de sus negocios y otras particularidades. Pudiera ser el caso del marketing directo, relacional y promocional. Son actividades que influyen directamente en la venta más que otro tipo de comunicaciones de marketing y están sujetas tradicionalmente a la medición de su eficacia.
En momentos de crisis o de atonía en el mercado lo que los clientes necesitan básicamente es vender, efectividad, y eso es lo que en definitiva, de un modo u otro ofertan las compañías del ramo. Por otra parte, los presupuestos que maneja el sector son relativamente pequeñas en relación con los destinados a otros medios, lo cual puede representar otra ventaja añadida.
Visto el tema desde esta perspectiva cabría pensar que las actividades señaladas no deberían sufrir tánto, o incluso salir beneficiadas, de una situación de crisis como la que se ha empezado a vivir. Hemos tenido la posibilidad de escuchar a los profesionales del sector, hace pocos días, durante un desayuno coloquio organizado por IPMARK, y no las tienen todas consigo. Aunque la nueva coyuntura parece que todavía no se ha empezado a notar, ni para bien ni para mal.
Alguien dijo en el encuentro, y a mí me llamó mucho la atención, que habrá que esperar y ver qué pasa a partir de octubre, cuando se firman los nuevos contratos para el año próximo. “Porque hasta ahora hemos estado viviendo de lo rubricado en el pasado ejercicios”, precisó.
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