El conflicto entre Israel y Palestina ha provocado una gran inestabilidad en toda la zona del Mar Rojo, poniendo en jaque al transporte marítimo mundial. El Canal de Suez tiene una extensión de 193 kilómetros y supone alrededor de un 15% del comercio global, ya que comunica el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, es decir, Europa y Asia.
Desde el pasado mes de noviembre, una facción armada de Yemen, los hutíes, ha protagonizado ataques a varios buques mercantes y ha amenazado a las navieras que circulan por el Mar Rojo. Todo ello ha provocado que compañías como Maersk, Hapag Lloyd AG, MSC o CMA CGM hayan decidido suspender la navegación por esta vía y se han visto obligadas a utilizar la vieja ruta marítima que circunvala África. Este cambio conlleva aproximadamente unos 10 días más de trayecto.
Este aumento en los días de navegación y en el gasto de combustible se verá reflejado en un incremento en los precios de los productos en Europa. Además, ya está provocando retrasos en la llegadas de pedidos online provenientes de plataformas asiáticas o de ecommerce que trabajan con proveedores asiáticos.
Según explica Roberto Fumarola, cofundador y CEO de la plataforma de envíos Qapla, esta crisis afectará a los ecommerce en este primer semestre, que verán reducidos sus márgenes de beneficio.
“Será necesario que busquen alternativas para garantizar el stock y mitigar la reducción de sus márgenes a través de la optimización de su cadena logística”, añadiendo que las herramientas capaces de controlar el rendimiento de los transportistas, aumentar la selección de los más eficientes y el seguimiento de los envíos serán de gran ayuda.
Es probable, que si el conflicto continúa, el transporte por tren y avión también se encarezca por el aumento de la demanda; sin embargo la opción de buscar nuevos proveedores más cercanos puede simplificar la logística, además de resultar más sostenible.
Aunque la situación suponga un reto, también se puede interpretar “como una oportunidad para encontrar nuevas soluciones que les permitan mejorar su cadena logística, salvaguardando sus márgenes”, concluye Fumarola.