Hubo un tiempo en el que no había Internet (os juro que es verdad) y el sector de la publicidad organizaba los equipos con un criterio amplio en el que los profesionales “de medios” sabían cómo utilizarlos y dibujaban las líneas estratégicas que luego eran implementadas por los especialistas. Eso, con Internet, se acabó. ¿Razones? Muchas, pero fundamentalmente porque metieron a Internet en el universo de la informática y eso “era cosa de gente joven, chavalines que se divierten con esas tonterías”.
Años más tarde, gracias a esa dejadez de los más grandes, el ecosistema de Internet se ha fragmentado de tal manera y ofrece tantas alternativas de compra y de venta, que es posible encontrar caminos de negocio mediante los cuales un anunciante acabe comprándose publicidad a sí mismo para que aparezca en su propio site.
Como círculo vicioso, no me negareis que es curioso, así que os dejo con la intriga de saber cuales son las herramientas y las vías que hacen que esto sea posible.