No vamos a volver sobre el acto de auténtica piratería protagonizado por este presentador de la cadena episcopal, en nombre de no se sabe qué derecho de expresión, o de periodismo de investigación, y en contra evidente de los intereses del sector y de la propia Cope. Sin duda el nombramiento del nuevo presidente de la cadena radiofónica y la buena voluntad por ambas partes ha puesto fin a un estado de cosas que nunca debió producirse y que no beneficia a nadie: ni a la sociedad en general, ni al consumidor, ni a los anunciantes, ni a los medios, ni a las agencias, ni al EGM, ni a la propia cadena de emisiones. Uno se pregunta el porqué. Y, aunque lo intuye, cada vez se asombra más de irresponsabilidad de algunos comunicadores.
AIMC y la Cadena de Ondas Populares Españolas, con el nuevo presidente de ésta, Alfonso Coronel de Paloma, “han decidido, de mutuo acuerdo, normalizar una situación que se había visto alterada durante los últimos meses. En este acuerdo, suscrito por ambas partes, se recoge la decisión de Cope de acogerse al proceso establecido para reintegrarse a la Asociación [se refiere a AIMC] y lógicamente al Estudio General de Medios lo antes posible”. Las aguas vuelven a su cauce. Y debemos celebrarlo.
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