La incertidumbre política y económica del país ha llevado a los españoles a afrontar este año con reservas, pero mucho menos inquietos que los otros 10 países analizados en el informe GfK sobre el clima de confianza del consumidor europeo.
Los españoles, por detrás de los alemanes, son los que se muestran más optimistas sobre su situación económica. Mucho más pesimistas se muestran Italia, Reino Unido y Portugal.
El informe concluye que después de tres años de crisis, y a pesar de las cifras del paro, los consumidores españoles han aceptado plenamente su incierto lugar en el mundo y conviven con la inseguridad con bastante naturalidad, mucho más tranquilos que en 2008.
En el resto de Europa, sin embargo, los valores de confianza son hoy tan negativos como los que se registraban en España al comienzo de la crisis. Reino Unido, Francia e Italia, que sí registraron una remontada en la confianza sobre la fortaleza de sus economías durante 2009 y 2010, han visto sus expectativas significativamente golpeadas debido a los acontecimientos de los últimos meses de 2011.
Sin embargo, esta cierta filosofía con la que los españoles se toman la crisis, no afecta a sus bolsillos, más cerrados que nunca. La intención de gasto de los consumidores toca mínimos, según el informe.
El comportamiento del resto de países es similar, aunque llama la atención que los países cuyas economías están menos maltrechas, como el Reino Unido o Francia, sean los más proclives al ahorro de todo el continente. Alemania, por su parte, va por libre y muestra una disposición positiva a la compra (+27).
Por otro lado, el informe revela que en España la perspectiva sobre el fin de la crisis ha superado ya la barrera psicológica de los tres años.