La pandemia de coronavirus ha situado el bienestar en la prioridad de un mayor número de consumidores. Un 66% de la población mundial presta más atención a su salud general ahora que antes de la COVID-19 y cuatro de cada 10 consumidores señala que ahorrar dinero, comer bien y hacer ejercicio con regularidad son sus principales prioridades para gestionar su bienestar.
Así se desprende del último estudio realizado por Mindshare, ‘Wellness Revolution’ (Revolución del bienestar, en español), que analiza las perspectivas que tienen los consumidores actuales respecto a su salud física y mental.
El estudio muestra la continuación de hábitos adquiridos durante los meses más graves de la pandemia de coronavirus. Una de las consecuencias del confinamiento global fue el aumento del tiempo que los consumidores tuvieron para centrarse en el equilibrio entre la vida laboral y personal, dedicando más tiempo a desarrollar hábitos saludables. Dos años después, las personas siguen buscando formas de prevenir futuros problemas de salud, desde un cambio de dieta hasta el uso de dispositivos portátiles para controlar su bienestar.
Según el informe, un 73% de consumidores afirma que intentan mantenerse sanos mientras pasan más tiempo en casa y aseguran que ahora es responsabilidad del público vivir de forma segura con COVID. Un 42% asegura que si estuviera enfermo en el futuro, sería más probable que visitara al médico a través de la telemedicina, y otro 42% prevén un futuro con soluciones innovadoras de atención virtual y el despegue de la llamada metasalud.
Tras un periodo donde se realizaban clases de ejercicio físico en streaming o prácticas socialmente distanciadas durante el confinamiento, hoy en día el ejercicio en grupo al aire libre o unirse a colectivos que trabajan el bienestar online son cada vez más populares, ya que los consumidores quieren mantener ese sentimiento de trabajar con otros para mejorar su salud. El estudio arroja que el 45% de las personas siguen a grupos en las redes sociales para comprometerse más con su comunidad a nivel local, lo que confirma esta tendencia.
Salud mental
Respecto a la salud mental, el informe recoge la opinión de un 54% de encuestados, que señalan que la pandemia les ha hecho pensar de forma diferente sobre su salud mental. Y un 57% asegura que el nuevo enfoque híbrido de la vida laboral les dará más oportunidades para hacer cosas que les gustan.
Al enfrentarse a las presiones de la salud mental desde todos los ángulos, ya sea el riesgo para la salud de los seres queridos, la tensión financiera (el 76% ha notado que el coste de sus facturas domésticas ha aumentado) o la soledad, las actitudes de los consumidores respecto a cómo cuidarse se han transformado. La gente busca cada vez más soluciones para gestionar los crecientes niveles de estrés y ansiedad. Las marcas pueden involucrar a los consumidores de forma más empática ofreciéndoles apoyo, como iniciativas para mejorar la educación financiera, como es el caso de BBVA y su programa de ‘Salud Financiera’, por ejemplo, o pueden proponer asociaciones para generar experiencias positivas de bienestar mental, informan.
Sostenibilidad
Los consumidores son también más conscientes del impacto que tienen sus acciones en el medio ambiente (69%). Un 53% asegura que si un producto se considera sostenible, cree que es mejor para su salud o bienestar. El estudio constata que cuanto más sostenible sea una marca o producto, más percibe el consumidor que es mejor para su bienestar general.
A este respecto, un 65% afirma que seguirá utilizando productos más respetuosos con el medio ambiente después de la pandemia debido a los beneficios para la salud y la sostenibilidad que se asocian a su promesa de marca y compromiso. Sin embargo, son también más los consumidores que huyen de aquellas enseñas que practican el ‘greenwashing’, concluye el estudio.